viernes, 20 de febrero de 2015

Capitulo 78



Nada más oír las llaves en la cerradura, los niños van corriendo a su encuentro. Él los coge a ambos en brazos ¡mi hombretón! y oigo cómo les deleita con besos y arrumacos. Cuando entra al salón y me ve se descojona de la risa; pero ya me conoce, cada año es lo mismo. 

– ¿Qué hace mami, qué lleva puesto? 

–Su vestido de novia de ti. 

Dice Carla, muy pizpireta. Es tremenda. Tiene cinco años e Peter y yo ya estamos temblando. No para de coleccionar bailes inventados moviendo el culo, pintalabios y novios. Su padre se pone cardíaco cada vez que nos cuenta que algún niño de su clase le ha dado un beso en la boca. Ole mi hija. Pero es que nos ha salido súper guapa y súper graciosa. Y no es porque yo sea su madre, es que la jodía es igual que su padre, por suerte. 

–Papi… Mami.

 Es prácticamente todo lo que Mateo dice por ahora. Eso y caca. Otro jodío. Le está costando arrancar a hablar, pero con tres años sabe hacerse entender perfectamente y es el rey de la guardería. Tiene un genio de mil demonios y una determinación que nos deja boquiabiertos. Menudas adolescencias nos esperan. 

Peter se sienta a mi lado y me da un beso. Me susurra al oído si ya puedo sentarme y yo me río y casi hasta me sonrojo. La dosis de sexo nocturno de ayer me dejó K.O. Mira que llevamos buen ritmo y estoy entrenada, pero de vez en cuando sale una noche que, joder, me deja sin poder sentarme en un día. 

–Estaba a punto de enseñarle las fotos de la boda a los niños. 

– ¡Sí, sí! ¡Las fotos! Papá, ¿me las enseñas tú? 

Miro a Peter con fingida cara de asesina. ¡Será carota! Peter ahoga una risa y se la sienta encima mientras va pasando fotos y explicándole cada una. Yo siento a Mateo en mi regazo pero aguanta dos fotos y en seguida se baja. Es un terremoto hiperactivo que no sabe estar quieto. Claro que para él ver las fotos de boda de sus padres es un auténtico aburrimiento. Le saco su kit de pintura y comienza a pintar y dibujar. A Carla en cambio le encanta verlas. Dice que de mayor se casará con su padre con mi vestido de novia. Edipo, lo llaman. Su padre babea, todo sea dicho. 

 Nico, Euge y Gas, la miman, los tres juegan con ella y los tres se mean de risa con sus payasadas. Gas dice que en su próxima vida quiere ser mi hija. Euge dice que no quiere que se acerque a su hijo porque le quitará la virginidad y luego se comerá su cabeza, como una mantis religiosa. Pero lo cierto es que los dos peques se llevan, de momento, estupendamente y a nosotras se nos cae la baba al verlos. Ya hemos pensado hasta como nos vestiremos el día de su boda… ¡Qué poca faena tenemos a veces! 

Carla nos hace mil preguntas, como por qué no invitamos a Mateo a la boda. Tratamos de explicarle que Mateo todavía no había nacido. Me pregunta si estaba en mi tripita, como el hermanito que llevo ahora. Le decimos que todavía no, pero no profundizamos más en el tema. Ya nos hizo varias preguntas incómodas cuando le dijimos que iba a tener un segundo hermanito o hermanita.  

Carla estuvo presente en nuestra boda, que tuvimos que retrasar, porque efectivamente se engendró en algún momento de esa semana en la que Peter y yo volvimos a estar juntos. Al paradisíaco mes de nuestra reconciliación, confirmamos que el olvido de la píldora (y ya no volver a tomarla) había traído un retraso de regla, un dolor descomunal de tetas y dos palitos rosas en un test de embarazo. Evidentemente no voy a decir que nos sorprendimos, así que cuando vimos los palitos nos miramos cómplices y sonrientes. Nos emocionamos. Pero seré completamente sincera y diré que también sentimos algo de vértigo. Emocionados y felices, pero con una sensación de vértigo que se fue eliminando conforme nos metimos en la rueda de la patenidad 

Con Mateo fue distinto, claro. Mateo fue buscado y engendrado en Ibiza.

Este embarazo, sinceramente, no nos ilusionó tanto al principio. Teniendo ya dos hijos, aventurarse con un tercero es casi inconsciente. Tan inconsciente como nosotros, que somos unos calentorros. Pero aquí estamos, de nuevo embarazados de tres meses y medio y deseando verle la carita a Nuria o a Leo. Mi padre no sale de su asombro con nuestra facilidad para procrear.

La relación con mi padre fue mejorando muchísimo, sobre todo desde que llegaron los nietos, a los que adora y por los que se desvive. Viene a menudo a verlos o vamos nosotros a verle a él.

Cuando terminamos de ver las fotos me meto en el baño para arreglarme. Esta noche Peter y yo nos vamos de cena romántica de celebración de aniversario. Y como hacer cinco años es un poco especial, hemos cogido una habitación en un hotel para pasar ahí la noche. Mis suegros vienen a dormir a casa para quedarse con los niños, que ya están bañados por mí y dispuestos a cenar de manos de su padre. La verdad es que de vez en cuando nos gusta poder desaparecer y dedicarnos una noche entera solo a nosotros… sin niños rondando. Y mis suegros encantados de tener que ocuparse de nuevos nietos porque son ultra niñeros y nuestras sobrinas ya son mayores. Así que de cuando en cuando vienen a nuestra casa, nuestra porque al final decidimos comprarla, y nosotros podemos disfrutarnos más tranquilamente.



continuará...

1 comentarios:

Anónimo 20 de febrero de 2015, 21:10  

Cuantos capitulos quedan??

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:3

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