lunes, 16 de febrero de 2015

Capitulo 61



Dentro de media hora debería estar en el estudio. Sigo en el sofá del salón, fumando mi segundo paquete de tabaco de la noche, sentada en la misma posición en la que me he quedado cuando he colgado con Gas. Hijo de puta, Gas. Me debato qué hacer: voy o no voy. ¿Me aprovecho de que sé que Gas no me dirá nada si hago absentismo laboral o soy profesional y voy a trabajar con todas mis pocas ganas? Respiro. Soy profesional por encima de todo. 

 Gas todavía no ha llegado, menos mal; no me apetece nada verle. Me pongo a hacer informes y presupuestos mientras me convenzo que es aquí donde debo estar. Me ha costado hacerme un hueco en este mundo y ganarme el respeto de colegas y clientes así que no pienso echarlo a perder por una discusión con una locaza que solo piensa en rabos. 

– ¡Lali! Te he llamado veinte veces y mandado decenas de whatsapps. Estaba preocupadísimo. 

–Toma, el presupuesto para la decoración de la tienda de Marbelis. Tienes que firmarlo. Ya le he mandado un correo con toda la información. 

–Lali… 

Le miro con furia y él agacha la mirada. Me conoce, sabe que ha traspasado la línea. Nos reconciliaremos, sí, como siempre hacemos; pero no será hoy. 

 Como me imaginaba Euge me llama a la hora de comer. Gas la ha llamado llorando bla, bla. Está muy arrepentido, bla, bla. La cagó pero bien, bla, bla. Y me pregunta por Marcos. Se lo cuento y afortunadamente para mí, me entiende. Te quiero Euge, joder. Y qué vas a hacer con Peter, me pregunta. Qué voy a hacer con Peter, me pregunto. Si le frío a llamadas al móvil o al bufet, sé que todavía se cerrará más en banda, pero aun así lo intento. El móvil está apagado y le dejo otro mensaje en el buzón de voz. 

–Hola, soy yo. Por favor, da señales de vida. Estoy fatal y sé que tú estás peor. Por favor, perdóname. Llamo al bufet. 

–Despacho de abogados Ruiz, ¿en qué puedo ayudarle? 

–Hola Miriam, soy Lali. ¿Cómo estás? 

– ¡Lali! Muy bien, ¿y tú? ¿Cómo va todo? 

–Bien, con mucho trabajo. Oye, ¿podría hablar con Peter, por favor? 

– ¡Claro! Enseguida te paso. 

Me da un vuelco al corazón. ¡Voy a hablar con él! 

–Lali, mira perdona, es que no me había dado cuenta de que está en una reunión con un cliente. 

–Ya. 

Se me caen las lágrimas. 

– ¿Le dirás que he llamado, por favor? 

–Claro. 

Su tono de voz es condescendiente. Mierda, debe intuir que ‘algo huele a podrido en Dinamarca’. También pienso en plantarme allí. O esperarle abajo. Pero si no quiere hablar conmigo después de todo, imagino que está tan enfadado que necesita desenfadarse antes de siquiera verme. 

Quizá mañana. 

Continuará...

0 comentarios:

Publicar un comentario

:3

:3

Wonderland life Designed by Ipietoon © 2008

Back to TOP