martes, 17 de febrero de 2015

Capitulo 66



Los Artic Monkeys son un grupo que a mí jamás me ha gustado y que a Peter en cambio le encantan. Pero como siempre, su entusiasmo contagioso ha hecho que al final me sepa todas las canciones de todos sus álbumes de memoria. Así que aquí estoy: volviendo a casa de mis padres en el coche de mi madre, escuchando y cantando a los putos Artic Monkeys que nunca me han gustado. Pero es que echo de menos hasta lo que no me gustaba cuando estaba con él. Y no tener lo que me gustaba está siendo insoportable. Insoportable. 

Tres días desde mi visita al despacho. Tres días de míseros mensajes y una escueta llamada de teléfono. Al menos da señales de vida, pienso. Pero no quiero conformarme con migajas. Quiero todo de él, no sus putos whatsapps y llamadas nocturnas. No sé si realmente necesita espacio para pensar o es que me está dando a probar de mi propia medicina. Si es así, bravo, Íñigo, lo has conseguido: me he dado cuenta de lo imbécil, ruin y subnormal que fui. ¿Ya? ¿Ya podemos dejar de ignorarnos y volver a los días de vino y rosas? Si no es así… eso sí me asusta. Si realmente necesita tiempo es porque lo de Marcos le afectó más de lo que creía. Putos celos. O despertó en él preocupaciones que hasta ese día no tenía: los miedos que me han acechado desde que le conocí. Tímidos al principio, adolescentes a la mitad, feroces cuando mi madre murió. ¿Qué estás pensando tanto Peter? ¿Qué te tiene tan confuso? 

Sin embargo hay una cosa cierta: estoy más tranquila. Es como si supiera que realmente estamos juntos, que es solo una época, unos días de crisis o de meditación o lo que sea, pero que al final todo irá bien. Es difícil explicar esa certidumbre, pero la siento. Y la siento con fuerza, aunque trato de ignorarla para no hacerme muchas ilusiones. Euge me dijo ayer una cosa que me hizo pensar. «Peter se ha cansado de ser el buen príncipe azul y ha dado un puñetazo en la pared para hacerte reaccionar. Y eso es justo lo que tú necesitas cuando te ofuscas, nena: que te hagan reaccionar». Sí, quizá el que te sigan la corriente cuando estás confusa no sirve de mucho y no lleva a ninguna parte, y quizá el «dar un puñetazo en la pared», como dice Euge, el decir un «basta ya» es más efectivo que los te quiero y las sonrisas. Hay que joderse, sí que somos raros a veces. Bueno, pues ya puedes estar tranquilo, cariño; he reaccionado y me muero por volver contigo. ¿Paras ya de pensar? 

 Cuando aparco en el jardín delantero de casa son casi las nueve de la noche. Es viernes y Raúl se ha ido de casa rural con amigos así que mi padre y yo estaremos todo el fin de semana solos. Solos. Trago saliva. Va siendo hora de mirar pisos de alquiler, Lali. Voy pensando en las ganas que tengo de quitarme mis nude styles, mi vestido entallado de ejecutiva sexy y de tirarme de cabeza en la cama. Como nunca ceno, me sentaré a fumarme un cigarrito en el sofá por quedar bien y me iré a dormir con la excusa de estar cansada. No me apetece la soledad con mi padre; sigue habiendo una silenciosa tensión. 

Entro en casa y veo que está en el salón. Me acerco a saludarle, pero le encuentro con la televisión apagada y sentado en el sillón. Y no en una posición relajada, no. Está esperándome. Y está nervioso. Mi sudor frío espaldero me alerta de que no me voy a fumar solo un cigarro. 

– ¿Qué tal, va todo bien? 

–Tenemos que hablar, Lali. 

Glups. 

– ¿Qué ocurre? 

–Siéntate. 

Me siento en la esquina del sofá perpendicular al sillón donde está él. Mi padre se revuelve las manos una y otra vez. Eso no es buena señal. Le miro expectante. Respira hondo. 

–Antes de nada quiero que sepas que estoy faltando a una promesa que le hice a tu madre hace muchos años y que me hizo repetir muchas otras veces, así que espero que sepas usar para bien mi pequeña traición. 

–Papá, no tienes que hacer o decir nada que no quieras. 

–Quiero hacerlo. En el fondo siempre he querido hacerlo. Y tú mereces saberlo. 

Dios. Dios. Vuelve a coger aire, cierra los ojos un segundo y cuando los abre comienza a hablar con voz temblorosa. 

Continuará...

5 comentarios:

Anónimo 17 de febrero de 2015, 13:35  

Masss !!!

Anónimo 17 de febrero de 2015, 13:36  

Siguee!!!!

Anónimo 17 de febrero de 2015, 13:37  

Me mueroo!!! Que se supone que le va a contar el padre...??

Anónimo 17 de febrero de 2015, 13:38  

No nos dejes asii... Sigue la novelaa por favorr!!!

Anónimo 17 de febrero de 2015, 13:39  

Maraton YAAA!!!

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