lunes, 16 de febrero de 2015

Capitulo 64



Bien, su recibimiento no será con trompetas de plata ni flores, pero al menos es él. 

–Tengo una visita en dos minutos.

 –Mentiroso. Miriam me ha dicho que no tienes visitas esta mañana. 

– ¿Y me acusas de mentir tú? ¿Tú? 

Me planto frente a él. Dios, su olor. Un mes después. 

–Yo no te mentí, Peter. No me diste tiempo ni para demostrarte que iba a contarte todo con pelos y señales, como siempre hago. Ni siquiera me dejaste explicarte nada. 

–No quiero saber nada. No soy tu novio así que puedes hacer lo que te salga del haba.

 –No me vengas con gilipolleces. Sabes perfectamente que no tienes motivos para estar tres putos días sin hablarme, sin responder a mis emails, llamadas, whatsapps, sin ir a casa, sin… ¡joder! Me estoy volviendo loca. ¿Te has parado a pensar cómo estarías tú si fuera al revés?

 –Yo nunca hubiera dejado que una ex se me acercara a contarme mierdas de explicaciones y traumas. Te tengo más respeto que eso. 

–Te recuerdo que un día encontré fotos tuyas sodomizando a tu ex ¿recuerdas? 

– ¿Qué? Venga ya tía, no me vengas con esa mierda. Ni es la misma circunstancia ni implica las mismas cosas. Esas fotos se habían hecho muchos años atrás y quedaron olvidadas en un olvidado cajón. Sabes que ni me acordaba que estaban. 

–Ya, pero así quizá te hagas una idea de que a veces esas cosas pasan. Los descuidos pasan. Les quitas importancia porque realmente no la tienen y piensas que la otra persona lo verá así, y solo cuando no lo hace te das cuenta de lo gilipollas que has sido. 

No dice nada. 

– ¿Te acuerdas de lo que me dijiste cuando las descubrí y me enfadé tantísimo? ¿Lo de que confiara en ti y que siempre te dejara explicarme las cosas? ¿En qué ha quedado eso ahora? Joder, Peter, intento salir de una puta depresión a base de aclarar cosas y tú me tienes tres días sin saber siquiera si estás vivo. 

–Estoy vivo, ya puedes irte. Los chantajes emocionales no van conmigo así que ahórratelos. Te metiste en esta situación tu solita.

 – ¡Sí, lo sé! ¡Ya sé que me metí aquí yo solita y solita estoy intentando salir! Pero resulta que tengo un muro de hormigón que se niega a abrirme paso en tres jodidos días. 

Empiezo a subir el tono. Él se calla y respira hondo. 

–No sigas por ahí. No pienso elevar mi voz. Ni discutir contigo. Ni echar mierda por la boca para acabar besándote y follándote encima de la mesa y todo olvidado. Esta vez no. 

Mierda. Mis pezones y lo que no son mis pezones dan un respingo. Lali, seriedad. 

–Oh, vaya, Lanzani se hace mayor.

 –Oh, vaya, no como otras, que siguen en los trece años. 

–Te he pedido perdón mil veces. Te he dicho que quiero volver contigo, que es lo que querías; al menos hace cuatro días. Te he llamado, emailado, mensajeado, esperado en tu casa y ahora estoy aquí. ¿Qué más tengo que hacer? 

–Curioso. Es lo mismo que llevo preguntándome yo cuatro putas semanas. ¿Qué más tengo que hacer para que reacciones? Te he dado tiempo, te he llamado, he intentado tener paciencia, darte lo que me decías que necesitabas ¿y sabes qué? Creo que tú no necesitabas paciencia ni tiempo. No necesitabas tanta comprensión ni mierdas. Necesitabas que te pusiera los puntos sobre las íes. 

– ¿Y eso es lo que estás haciendo ahora? ¿Ponerme los puntos sobre las íes? Bien, pues ya están puestos. Ahora dejémonos estar de tonterías y tratemos de arreglar las cosas. 

–Tarde, Lali. 

– ¡Venga ya! ¿Por el café, por el abrazo? ¿Cuántas veces más tengo que decirte que no fue nada, que no pasó nada y que no sentí nada? 

Sollozo. 

–No. No es por Marcos. No solo por él. Es por haberme apartado de tu vida. Por haberme dado un manotazo injusto y cruel cuando debías haberte apoyado en mí. No confiaste ni en mí ni en lo nuestro. Y por tenerme rogándote que volvieras, suplicándote incluso y tú seguir con tus movidas de traumas y miedos y desconfianzas. Joder, ¿no te he demostrado suficientes veces que te quiero y que jamás te abandonaré? Me castigas por cómo reaccionas cuando crees que la cago. No es justo, Lali, y sencillamente estoy cansado de intentar darte lo que necesitas y no ser suficiente. No doy más de mí y estoy dolido. 

Me acerco a él, me arrodillo y le cojo la cara. Se aparta, pero insisto. Al final se deja. Oh, su piel. Su barba áspera y sus ojos azul oscuro tan abiertos a mi contacto. Le acaricio la cara lentamente. Un gesto muy mío que él acoge con nostalgia. 

–Lo siento, lo siento, cariño. Jamás debí dejarte. Pero no quiero que pienses que te aparté porque no fue así. Peter, yo necesitaba irme, necesitaba estar sola pero te necesitaba a mi lado igualmente. Sí, es muy egoísta e infantil, pero así era. Y tú superaste con creces mis expectativas y has estado más a la altura de lo que podría haber necesitado o imaginado. Confío en ti, Peter, confío plenamente en ti y en nosotros. 

–Me gustaría creerte, pero no puedo. 

Restriega su nariz contra la mía. Un gesto muy suyo que yo acojo con nostalgia. 

–Sé que estás mejor y que estás haciendo grandes progresos pero verte con él… Odio pensar que ese puto Marcos haya tenido algo que ver en tu mejoría. 

–Él solo puso una gota Peter, el vaso lo he ido llenando yo contigo día a día durante estas semanas. He hecho un esfuerzo titánico para analizar cualquier sentimiento, emoción y resquemor que tenía. Y creo que he ganado. 

–No lo sé, nena. Sinceramente, no sé qué hacer ni qué pensar. Estoy enfadado y dolido y necesito respirar. 

Me acerco a besarle, pero él se aparta. Frunzo los labios. 

–Sabes que si te beso acabarás con las bragas rotas y mi polla embistiendo. No es que no lo desee, al contrario, pero no es la solución. Ahora mismo el que necesita tiempo soy yo, Lali. Estoy jodido y estoy confuso. 

–Peter, vamos cariño. Hablemos tranquilamente; luego si quieres, esta noche, cuando tú quieras. Podemos conseguirlo. Yo siento haber estado tan enajenada y confusa pero estoy bien, de verdad. Solo ha sido una mala época.

 –Lo sé. Pero necesito saber que no volverás a dudar de mí. Me parte eso, Lali, de verdad. Y ahora mismo, no sé, lo de verte con Marcos está muy reciente y me ha jodido del todo. Dame tiempo, por favor. Hablaremos y veremos, pero deja que me tranquilice y que vea las cosas con más claridad. Será mejor para los dos. 

Estamos varios segundos en silencio, hasta que me levanto, resignada.

 –Supongo que si yo te pedí tiempo y tú me lo diste, lo justo es que corresponda. Pero no vas a librarte de mí; como yo no me libré de ti. 

Asiente y esboza una tímida sonrisa. Me acerco a la puerta. Antes de abrir, me giro y sonrío. 

–Prefería lo de las bragas rotas y la polla embistiendo. 

Le guiño un ojo. Sonríe mordiéndose su delicioso labio. 

–Lárgate, bruja. 

Y por alguna extraña razón, me quedo contenta con esta visita. 


Continuará...

5 comentarios:

mimii 16 de febrero de 2015, 20:12  

Se aman♪♪♪♪

Anónimo 16 de febrero de 2015, 23:41  

Sigue sigue

Anónimo 16 de febrero de 2015, 23:42  

Mas mas mas

Anónimo 16 de febrero de 2015, 23:43  

Me mataron!! Que se reconcilien yaa!!!

Anónimo 16 de febrero de 2015, 23:44  

Subes mañana mas capituloss?? Dime que sii por favor!! Quieroo que esten juntos de nuevo amandose mas que nunca.... Terminala ya... Un besazooo enormeee

Publicar un comentario

:3

:3

Wonderland life Designed by Ipietoon © 2008

Back to TOP