lunes, 16 de febrero de 2015

Capitulo 60



Todo está borroso; no distingo nada. Tengo un horrible dolor de cabeza y apenas puedo abrir los ojos, los noto hinchados. ¿Qué? Me incorporo lentamente pero me vuelvo a caer a peso plomo. Abro un poco más los ojos. Estoy en mi casa, en mi casa de Peter. 

– ¡¿Peter?! 

Pero nadie responde. Me duele todo y tengo esa sensación de sudor frío y náuseas. Me llevo una mano a la frente. Estoy helada de frío pero tengo la frente ardiendo. No entiendo nada. Miro el reloj. Joder. He debido desmayarme. Me pasó una vez de pequeña y recuerdo tener más o menos la misma sensación. Estoy totalmente mareada y no sé si debiera ir a un hospital, porque he estado una media hora inconsciente. Vale, lo reconozco, una parte de mí piensa en ir al hospital y hacerme la moribunda para que llamen a Peter y acuda corriendo a ver qué me ha pasado entre lágrimas de perdón. Pero va a ser que no voy a hacer esa gilipollez. Me levanto poco a poco y me miro en el espejo de la entrada. No parece que tenga nada herido, cortes o similares. Bien. Conforme voy volviendo al mundo hago recuento de daños y revivo la conversación. «Mi casa», «No quiero verte en mi puta vida». Es su «adiós, Paula». Lloro otra vez. 

Voy corriendo al salón cuando caigo en la cuenta de que quizá el teléfono fijo haya registrado el número desde el que ha llamado. Así podré al menos rellamar y saber dónde está. O incluso ir directamente. Supongo que habrá ido a casa de algún amigo. No, no les preocuparía con estas cosas; habrá ido a un hotel. Pero ha dicho que deje de preocupar a sus amigos y familia. Supongo que Leticia ha llamado a algunos amigos; se han preocupado; han llamado a sus padres… Dios, Paula. Llego al aparato pero para mi desconsuelo el número que aparece es Desconocido. Grito. De rabia pura. Y tiro una pequeña escultura de bronce que compré en un mercadillo y que me cae a mano. 

Respiro, parezco un miura. Creo que me está dando un principio de ataque de ansiedad. Es la una de la madrugada y no sé qué hacer, a dónde ir, a quién llamar a estas horas. Euge y Gas. Les necesito. Ya. Cojo mi teléfono cruzando los dedos para tener la suerte de que mis amigos no estén sobando y veo que tengo una llamada perdida de Leticia y otra de Dani. Mierda. Tengo un mensaje de Leticia. 

«Hola Pauli, te llamo pero no respondes. ¿Estás bien? Hemos llamado a peter pero salía apagado así que Eloy ha llamado a su hermano Dani, que ha dicho que iba a tratar de localizarle. Al cabo de un rato nos ha dicho que te había llamado pero no respondías y que Peter estaba en un bar, bastante borracho, con tu amigo Gas. Lali, no quiero ser entrometida pero ¿va todo bien?» 

¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Con Gas? ¡¿Gas?! Respira Lali, vas a desmayarte de nuevo. Respira. 

«Leticia, gracias, de corazón. Y de verdad perdóname por haberte molestado y preocupado. Siento mucho haberte metido en esto, pero estaba muy preocupada. Hemos discutido y, bueno, no ha vuelto a casa y no le localizaba. Gracias por todo, de verdad. Cuando te despiertes, si quieres, hablamos y te cuento mejor. Te debo una disculpa cara a cara. Gracias también a Eloy». 

«Hola, jo, te llamaría ahora mismo pero estoy tratando de dormir al crío que me tiene en vela ¡y si me oye hablar se encana! Pero mañana hablamos, tranquila. No te preocupes por nada, guapa, no ha sido molestia alguna y no le hemos dicho a Dani que estábamos buscando a Peter por ti. Hemos sacado la excusa de que necesitábamos que nos resolviera un tema legal sin importancia y que no os localizábamos a ninguno de los dos. Dani ha debido quedarse mosca y ha ido a buscarle, pero vamos que no te pienses que se ha montado lio ni nada de eso, de verdad. Seguro que ha sido una discusión sin más. Duerme tranquila. Besos, bonita».

 «Gracias, Leti. ¡Ánimo con ese pequeño! Ya hablamos».

 Bien. Y ahora… 

–Iba a contártelo mañana. 

–Eres un mierda. No sé cómo has podido hacerme esto. 

–Lalita, cielo, deja que te explique. 

– ¡¿Que me expliques?! Gas, estoy histérica buscando a Peter como una loca, preocupadísima, ¡joder!, me he desmayado en el puto suelo del salón y he estado media hora inconsciente porque me ha dado un ataque de ansiedad y me he fumado un paquete de tabaco entero en menos de dos horas. ¡¡¿Qué cojones me tienes que explicar, eh?!!

 –Dios, ¿te has desmayado? ¿Estás bien? ¿Vamos al hospital? 

–Vete a la mierda. 

–Pero, ¿no has hablado con él? 

–Joder, Gas, ¡pareces idiota! ¡¡¡No!!! 

–Lo siento ¿Vale? Pensé que te llamaría o algo. Quería que arreglarais las cosas así que cuando me dijiste que te quedabas tomando un café, le mandé un mensaje para que acudiera allí. 

–Madre mía, Gas, ¿tienes quince años? 

–Joder, solo quería que le vieras y se te cayeran las bragas y volvieras a ser feliz. Y vale, soy una perra mala por hacer de celestina, pero lo hice pensando en tu bien, te lo juro. Luego me he ido al pub ese que redecoraste justo antes de romper con él, a ver cómo había quedado, y estaba allí solo, bebiéndose un whisky a palo seco. 

Trago saliva. Ese pub también tuvo planos dibujados en su espalda.

 –Me he acercado a él y he visto que estaba súper borracho. Al final me ha balbuceado lo que ha pasado. Joder, Lalita, se creía que habías vuelto con Marcos o que querías volver con él o yo que sé. 

Me cojo el flequillo y lo estiro con toda la rabia de la que soy capaz.

 –Le he tratado de convencer que no es así, que habría una explicación lógica para todo. Me ha dejado escuchar tus mensajes y, cuando he terminado de oírlos, ha cogido el móvil y lo ha estampado contra la pared, rompiéndolo. 

– ¡¿Y no se te ha ocurrido llamarme, Gas?! ¿Para saber cómo estoy, para que al menos me quedara tranquila sabiendo que estaba vivo? ¡¡¿No te ha pasado por la cabeza que yo podía estar muerta de nervios?!! 

Se me están saliendo los ojos de las cuencas mientras lo pregunto. 

–Yo… lo siento, cariño, de verdad. Te iba a llamar en llegar a casa, no quería que él me viera hablar contigo porque igual empeoraba las cosas. Y entonces ha aparecido su hermano Dani y yo ya me he ido, bastante pedo por cierto. Y al llegar a casa Peter estaba llamándome porque se ha quemado haciendo un puto huevo frito y hemos tenido que ir a urgencias. 

–Podrías haberme llamado desde allí.

 Y cuelgo. 

Me vuelve a llamar pero no se lo cojo. Mi teléfono se inunda de mensajes de perdón, pero no los respondo. 

Estupendo, me he quedado sin novio y sin mejor amigo. 


Continuará...

0 comentarios:

Publicar un comentario

:3

:3

Wonderland life Designed by Ipietoon © 2008

Back to TOP