viernes, 20 de febrero de 2015

Capitulo 80




Todavía de pie, yo enroscada en él, su miembro duro como el cemento se cuela en mí antes de que pueda pestañear. Yo me agarro fuerte porque ya me tiene a un tris de llegar. Joder. Pero Peter se desata, me tira en la cama y sin piedad ni miramientos, se arrodilla ante mí y me penetra como si fuera la última vez que pudiera hacerlo. En alguna embestida casi hasta me hace daño, pero intento que no se me note porque si no parará y yo le mato si lo hace. Gemimos como locos, nos importan una mierda las habitaciones colindantes. Para una noche que no tenemos que contenernos por los niños, no vamos a estar mordiéndonos la lengua por adultos que ni conocemos. Creo que tengo tres orgasmos, no lo sé. Ya pierdo la cuenta en los polvos salvajes. 

–Me vuelves loco. 

Sí, y tú a mí, pero no puedo ni hablar. Me muevo y me siento encima de él, pero de espaldas, y al rato él se sienta conmigo. Esta postura, embarazada, es de las que más me gustan. Me resulta cómoda y placentera: los dos sentados. Alzo mi brazo y le acaricio el cuello y el pelo que deja entrever algunas canas. Peter acaricia tiernamente mis pechos hinchados, sabe que los tengo sensibles. Uno, otro, uno, otro hasta bajar una mano a mi sexo. Me gira la cabeza y me besa ronroneando. Empieza a acelerar el ritmo y cada vez subimos los muslos más arriba, más arriba, más arriba. Casi nos ponemos totalmente de rodillas con cada embestida. Los contrastes de Peter no han cambiado con los años y sigue deleitándome con una brutal mezcla de sexo salvaje y sexo tierno, incluso a veces en el mismo momento. Sus embestidas me hacen vibrar y poco a poco me voy dejando llevar, hasta que un orgasmo me atrapa y mis convulsiones hacen que el suyo llegue también, violento y demoledor, entre gritos de mi hombre. 

Adoro sus gemidos. Adoro cómo grita. Los sonidos graves que salen de lo más profundo de su masculinidad me encienden. Al sentirle llenándome siempre me invade una sensación tan placentera que me hace estallar enseguida. Y no solo físicamente, también emocionalmente: le siento a él. Le siento en mí. Colmándome. Y no solo cuando hacemos el amor, sino también cuando estamos con los niños, cuando nos damos duchas los dos juntos, cuando bailamos en nuestra habitación o cuando nos lavamos a la vez los dientes. Él siempre está en mí. Él me llena, me completa. Sin él ya no sería la misma. Pero no me asusta sentir algo así, ni reconocerlo. No siento miedo por necesitarle, no siento miedo por quererle de una forma tan arrolladora y descomunal. Al contrario, me da fuerza para seguir; me da ganas de seguir luchando. Su amor y él siempre cogen mi mano, siempre tiran de mí cuando yo me caigo. Y sé que Peter nunca me decepcionará. Soy consciente de la cantidad de vueltas que puede dar la vida, pero cuando tengo a Peter dentro de mí, no hay nada ni nadie que pueda convencerme de que no voy a envejecer junto a él. 

Peter. Mi vida. 

 Una tierna ducha después, me pongo un camisón de raso verde que me compré hace unos meses y él solo los calzoncillos. Hace calor. Me tumbo en la cama mientras Peter se saca una cerveza del mini bar y pone algo de música. Sonrío. Suena un grupo que está muy de moda ahora y que a Peter le vuelve loco, pero no recuerdo como se llaman. Es igual; me gustan y me gusta escuchar música con él y que esa costumbre nuestra no nos haya abandonado. Me acerca un zumo y se tumba a mi lado, acurrucándome en su pecho. Nos pasamos la siguiente hora riéndonos y haciendo planes para las vacaciones. Vamos a ir con los peques a un pueblecito de la Costa Azul. Uno de esos lugares idílicos, tranquilos y familiares. Después iremos todos con mis suegros dos semanas al pueblecito aragonés de donde es mi suegra y al que van a veranear siempre. A los niños les encanta ir allí y corretear libres entre animales y campos, jugar con otros niños, con sus primos, montar en bicicleta… Y a nosotros nos encanta poder escaparnos solos tres días de esas dos semanas a París. 

Peter me da una palmadita en el culo y se levanta hacia el baño. Yo me quedo tumbada boca abajo en la cama y levanto un poco una pierna para acomodarme. Y ese gesto y el olor a sexo por toda la habitación me… despiertan. Y se me ocurre una cosa. Lentamente, empiezo a tocarme. Boca abajo y con la pierna en ángulo recto, me acaricio esperando a que Peter salga del baño. A ver si le gusta. A la que sí le gusta es a mí, ¡madre mía! Empiezo a gemir tímidamente dándome placer a mí misma. No puedo parar de desearle, desear que salga, que me toque él, que me lama y que me… 

–Joder, Paula. Ven aquí. Dios, eres un sueño hecho realidad. 

Me agarra las piernas y tira de mí hacia él, para acomodar todo mi sexo en su boca. Oh, Dios. Me lame y acaricia despacio, mientras yo me quito rápidamente el camisón. De repente se mueve, me levanta un poco el culo y se pone tumbado boca arriba, debajo de mi sexo. Va desnudo, aunque no sé cuándo se ha quitado los calzoncillos. No me importa; yo sigo encima de su cara y muevo mis caderas enroscándolas y desenroscándolas, sintiéndome muy sexy, muy lasciva y muy deseada. Peter gime debajo de mí; no sé quién de los dos se deleita más. Bueno sí lo sé cuando el orgasmo comienza a hacer acto de presencia y en un par de lametones explota en su boca haciéndome gritar a mí y a gemir a él. 

–Así, nena, sí; córrete. 

Sí, sí, no me lo digas dos veces. Pongo mis manos sobre mi cabeza, a lo soy súper sensual y disfruto de las convulsiones. Peter no me quita ojo y por sus dilatadas pupilas sé que le gusta lo que ve. Y eso siempre eleva mi autoestima a niveles estratosféricos. 

–Date la vuelta. 

Bueno pues me doy la vuelta y nada más recolocarme él tira de mí, saboreando de nuevo mi sexo, y dejándome a mí a dos milímetros del suyo. Mm. Y como yo ya voy servida, me recreo, oh sí. Lamo su pene grande y duro y la chupo como si no hubiera un mañana, concentrándome más en darle placer a él que en recibirlo. Peter empieza a gritar roncamente pero no detiene sus atenciones a mi sexo jadeante, que, ante mi sorpresa, empieza a revivir. Tanto que un orgasmo réplica me llega de nuevo. ¡Dios! 

–Gírate. Quiero vernos mientras me corro en tu boca. Rápidamente me giro y vuelvo a succionar hasta que segundos después, llena mi boca y mi garganta de él mientras me coge la cabeza y me tira suavemente del pelo. Peter en deliciosa esencia. 

 Nos dormimos en la posición de embarazo habitual: él detrás de mí con su mano extendiéndose por mi vientre y la mía encima de sus dedos, como protegiendo a nuestro retoño. Su otra mano cae sobre nuestras cabezas y nuestras piernas se entrelazan. Ya no sé dormir bien si no es abrazada a él.  

Por la mañana, tras una dosis de tierno sexo matutino, volvemos a nuestra casa. Cuando estamos entrando en la cuidad, llamo a mi suegra y nos informa de que los niños han pasado buena noche y de que todavía no se han despertado. Nos insiste en que nos demos el gusto y vayamos a desayunar a la pastelería monísima debajo de nuestra casa, y que yo redecoré hace poco, recibiendo un premio local. Bueno, es pronto así que decidimos hacerle caso. 

Yo como cual cerda. Chocolate con churros, media napolitana y un café con nata. Peter se parte de risa y me dice que solo hoy, que luego engordo y no hay quien soporte mis lamentos. Cuando salimos de la cafetería el sol ya calienta insoportable. Es un despejado y bochornoso día de Julio y prometimos llevar a los niños a la playa a pasar el día. Me desperezo estirándome en la calle y, sonriendo, Peter me rodea el cuello con el brazo y aprieta mi hombro, envolviéndome. Me besa la sien. Llegamos al portal cogidos de la mano. Saco las llaves del bolso y noto que Peter me mira sonriente. 

– ¿Qué? 

Me rodea la cintura con los brazos, dejando descansar sus manos en mi culo. 

–Eres única Lali Espósito. Haces que la vida contigo no sea una vida cualquiera.  

Y tras besarme como solo él sabe hacerlo, restriega su nariz contra la mía mientras yo le acaricio sonriendo la cara. 


FIN

Espero que os haya gustado tanto como a mi, ojala nos volvamos a leer. Muchisimas gracias.
Mil besos!



6 comentarios:

Anónimo 20 de febrero de 2015, 22:36  

Me encanto la nove.. Espero que subas otra pronto
@x_ferreyra7

andreaiita 21 de febrero de 2015, 1:06  

Me encanto preciosa la nove ojala que subas otras

Anónimo 21 de febrero de 2015, 1:55  

Me ha encantado la nove....:) ya estoy esperando la siguiente,espero que no tardes mucho en volver a subir otra nove....
Besos @zairasantos7

Anónimo 24 de febrero de 2015, 5:25  

Me encanto!! Cuando subas una nueva??

Anónimo 18 de marzo de 2016, 22:46  

Me encantaría que regreses!!

Anónimo 23 de agosto de 2018, 2:52  

Soy Niki y me hace muchísima ilusión ver el último mensaje. No sé si alguien seguirá entrando al blog, hasta a mi me ha costado acordarme dels link del blog ya que llevo años sin mi antiguo ordenador y ya no lo tengo puesto como favorito. En fin, me gustaría volver y estoy dispuesta a hacerlo pero no sé si con la temática laliter o crear otro blog en cuál subiría mis propios textos. Que preferís?

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