domingo, 16 de noviembre de 2014

Capitulo 64



Casada  al  atardecer.  Lo  que  se  había  sentido  como  una  exagerada  fantasía  hace  horas ahora se apretaba contra mí, una realidad inminente que se  precipitaba más rápido de lo que podía huir. 
No era  que estuviera corriendo. Esto era lo que había querido,  ¿no? No ser  la esposa de nadie, pero si darle a Peter una oportunidad. Darle la misma esperanza que había querido para mí misma, y ahora con mi madre aquí, incluso si ella no era exactamente la misma, habíamos ganado, ¿no?
No... no todos. Hera no había ganado, y tampoco lo había hecho Hermes. Para que Peter estuviera vivo y feliz, para que yo tuviera a mi madre de vuelta, ellos tenían que perder.
Hera lo había llevado sobre sí misma, pero Hermes… ¿a qué había renunciado él para que yo tuviera esto?
Con  un  respingo,  me  di  cuenta  de  que  ambos, Peter  y  mi  madre,  estaban  mirándome.
Nosotros habíamos cruzado de alguna manera el salón de baile, y ahora estábamos parados entre  las  pesadas  puertas  dobles  que  estaban  abiertas  lo  suficiente  para  que  los  tres saliéramos.
—Sí,  por  supuesto  —dije,  mi  cara  enrojeciendo—.  Lo  siento,  no  estoy  dudando,  sólo estaba pensando y, por supuesto, que todavía quiero hacer esto.
No fue hasta que Peter se relajó que me di cuenta lo tenso que se había puesto.
—Estoy contento de escuchar eso —dijo él, su alivio claro en su voz—. ¿Podría preguntar en qué estabas pensando?
No quería decirle que estaba preocupada de Hermes, en caso de que fuera todavía una llaga para él, así que en su lugar hice la pregunta que había estado ardiendo en mi mente desde que Afrodita había caminado a través de aquellas puertas. 
—¿Fue todo una trampa?
Hubo un silencio incómodo, y esta vez vi que Peter y mi madre intercambiaban miradas, como si todo lo que ellos necesitaban comunicar fuera una mirada. No era tan imposible, en  realidad,  y  mordí  el  interior  de  mi  mejilla,  irritada  por  lo  que  ellos  estaban compartiendo.
—Sí  y  no  —dijo  mi  madre.  Continuamos  lentamente  por  el  pasillo,  cada  paso  más doloroso que el anterior, pero mis lesiones eran lo último de mis preocupaciones.
—Después de décadas que Peter pasó buscando una nueva reina, cuando se hizo evidente de que su búsqueda no estaban dando los resultados que necesitábamos...
—Yo iba a renunciar —dijo Peter—. Cada chica fallaba antes de que hubieran empezado, o si  se mostraban prometedoras,  aparecían muertas. Ahora sabemos que estaba pasando, pero  no  puedo  decirte  lo  desgarrador  que  era  ver  a  aquellas  jóvenes  mujeres  morir, sabiendo que era mi culpa. No me atrevía a poner a nadie más en aquel peligro, y estaba determinado a que terminara.
Y yo estaba determinada a que tratara hasta que no tuviésemos  más tiempo  —dijo mi madre—. Así que lo arreglamos. Perséfone... —Algo en su expresión cambió, y por el más breve de los momentos vi vergüenza—. Perséfone era mi hija. Tu  hermana. Es mi culpa que ella nunca fuera feliz y, por eso, Peter nunca fue feliz tampoco.
—No fue tu culpa —dijo Peter con bastante fiereza—. No fue culpa más nadie que de mí. Soy el único que no pudo hacerla feliz...
Y yo fui la única que los  empujé junto para empezar  —dijo mi madre—. No discutas conmigo, Peter. Lo digo en serio.
Él se quedó en silencio, aunque creí ver el más elemental indicio de una sonrisa.
—Como  estaba  diciendo  antes  de  que  fuera  groseramente  interrumpida.  —Artemisa  recorrió sus  dedos  en  medio  de  mi  cabello,  y  supe  que  la  brusquedad  en  su  voz  no  significaba nada—.  Tú  siempre  pudiste  elegir,  cariño.  Si  no  querías  hacer  esto,  todos  lo  habríamos aceptado y procedido sin ti. Siempre has tenido el control de tu vida… todo lo que hicimos fue ofrecerte la oportunidad.
Mi garganta se apretó cuando imaginé que podría haber pasado si no la hubiera tenido
—¿Por qué no me dijiste antes?
—Eso  te  habría  dado  una  ventaja  injusta  —dijo  mi  madre—.  Esto  necesitaba  ser  tu decisión,  no algo  que  yo  te  influenciara  a  hacer  o  una  que  automáticamente  desecharas porque sabías en lo que te estabas metiendo. Además —agregó suavemente—. Aunque  te lo hubiera dicho, ¿en verdad me hubieras creído?
Claro que no. Y cuando fuera al mundo real, ¿quién me creería si les dijera cómo pasé mi invierno? Nadie cuerdo, estaba segura de eso. 
—¿Existe siquiera Eden? Todo el mundo aquí, incluso Afrodita y Ares… ¿era parte de darme una elección?
—Eden no existe fuera de las pocas semanas que tú estuviste —dijo Peter—. Si decides volver a donde el pueblo se levantó, no verás nada excepto árboles y campos. Lo siento por el engaño. 
Yo  también.  Apreté  mis  labios,  tratando  de  encontrar  algo  que  decir que  no  me hiciera sonar como si tuviera doce años.
—Sólo…  no  lo  hagan  de  nuevo.  ¿De  acuerdo?  —Miré  entre  él  y  mi  madre—.  No  más mentiras, y no me oculten más cosas.
Para  mi  sorpresa,  mi  madre  rió,  pero  no  era  la  risa  que  solía  hacer.  Era  una  extraña combinación de sonidos… el borboteo de un arroyo,  el canto de  los  grillos y,  de alguna manera, el primer día de primavera. Era increíble. 
—De acuerdo —dijo ella, su voz llena de afecto que se extendió a través de mí e hizo más fácil caminar los próximos pocos metros—. Ahora, antes de que volvamos a su boda, ¿hay algo más que te gustaría saber?
Mi boda. Un nudo se formó en mi garganta, y fue todo lo que pude hacer para hablar a su alrededor. 
—Sí  —dije  con  voz  ronca—.  ¿Qué  clase  de  nombre  es  Diana  para  una  diosa,  de  todos modos?
Rió de nuevo, y el nudo en mi garganta se perdió. 
—Artemisa  estaba  bastante  incómoda  con  que  yo  usara  su  nombre  Romano,  pero  ella  no  lo quería, y siempre he estado muy encariñada con él. Todos elegimos nuevos a lo largo de los años.

—Unos  que  hacen  juego  con  dónde  y  cuándo  estamos  —dijo  Peter—.  Somos  los  más famosos  dentro  de  la  Mitología  Griega,  y  eso  es  porque  somos  conocidos  en  todo momento por nuestros nombres griegos.

Segundo por hoy y ya cada vez queda menooos.
Besos

@heartespos

1 comentarios:

Chari 16 de noviembre de 2014, 23:13  

Aún sabiendo k todo era un engaño,Lali no parece molesta

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:3

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