Capitulo 59
Esa tarde, después de
que ella se fue, Peter y yo jugamos a las cartas. A pesar de que me estaba
recuperando, todavía lo estaba destruyendo, no parecía importarle. En lugar de
ello, parecía disfrutar que estuviera pateándole el culo, y yo estaba más que
feliz de hacerlo.
—Voy a
extrañarte durante el
verano —le dije
después de ganar
mi quinto partido seguido—. Y ganarte en Jacks
Peter me miró
mientras barajaba el mazo.
—Te echaré de menos
también. —Hubo una nota de finalidad
en su voz que me asustó.
Abracé la esperanza
de que el consejo entendiera y viera que dormir juntos no había sido nuestra culpa,
pero ¿él había
pasado la pasada
semana preparándose para
despedirse de mí?
—¿Peter? —dije en voz
baja—. ¿Podemos jugar a simular por un rato?
No miró hacia
mí.
—Por supuesto.
Tomé una respiración
profunda.
—¿Puedo visitarte
alguna vez? Quiero
decir, sé que
se supone que
estoy saliendo y explorando el mundo, consiguiendo
educación, pasando por la preparatoria, todo eso, pero pensé que tal vez
si yo termino permaneciendo en
Eden, podría pasar
de vez en cuando antes de septiembre.
Peter vaciló.
—Quería esperar hasta
después de la reunión con el consejo para discutir esto contigo.
—¿Discutir qué
conmigo?
—Tu libertad. —Él me
miró y yo me quedé inmóvil—. Después de todo has tenido que pasar debido a mí,
no podría pedirte que regresaras en el otoño, sin importar la decisión del
consejo.
Traté de esconder
mi dolor, pero hubo
un destello en sus
ojos que dejó en
claro que se había dado cuenta.
—¿Tú no quieres que
vuelva?
—Si por mí fuera,
nunca te dejaría ir. Pero ese no fue
nuestro trato y, más que eso, has
sufrido grandes dificultades
por mí. No
deseo hacer tu
vida más difícil
obligándote a regresar. Así que
te estoy ofreciendo tu libertad, sin importar lo que el consejo decida. Tu libertad
permanente.
Me tomó
varios segundos entender
lo que estaba
diciendo. Él me
quería aquí, pero
se sentía culpable, ¿de qué? ¿Por lo que hizo Hera?
—Pero yo
quiero volver —solté,
la idea de
no verlo de
nuevo hacia que
mi corazón se acelerara. Tal vez él no lo comprendiera,
pero la Mansión Eden era todo lo que yo tenía—.
¿Qué se supone que
haga si no me dejas volver? Tú y Afrodita y Artemisa y Hestia y… y…
Vacilé, demasiado
atragantada para continuar, y sequé mis ojos. Abandonando sus cartas,
Peter rozó el dorso
de su mano contra mi mejilla.
—Si quieres
regresar, entonces eso me gustaría
mucho. Es tu elección, y
que elijas permanecer aquí en vez
de vivir tu vida... no puedo decirte lo que eso significa para mí.
—Pero yo
estoy viviendo mi
vida —le dije
miserablemente—. Y puedo
vivir mi vida contigo, también. Sólo porque es poco convencional
no significa que no es tan bueno como todo lo demás que está ahí fuera. Mejor,
incluso. Millones de veces mejor.
Él dudó.
—Eres muy amable, y
significa todo para mí que pienses así. Si se me permite decir esto y esperar que no
lo tomes como
alguna forma de
desaire... no estabas
viviendo, Lali. No conmigo, y tampoco en el mundo real.
Estabas esperando que tu madre muriera, y ahora que ha pasado…
—Ahora que ella se ha
ido, la única cosa que me queda es este lugar, y a la única persona que tengo
eres tú —dije—. Va a ser necesario más que un asesino armado con un cuchillo para
hacerme renunciar
En lugar de luchar
contra mí por esto, su rostro estalló en la primera sonrisa real que le había
visto desde que yo había muerto.
—Bueno, entonces el
sentimiento es mutuo. —Levantó el mazo de cartas—. ¿De acuerdo?
Escuché que la sexta
vez es la vencida.
Rodé los ojos.
—Tal vez ganarás
cuando el infierno se congele.
Él levantó una
ceja.
—Eso podría ser
fácilmente arreglado.
Cuando el consejo
convocó para el día antes del equinoccio de primavera, todavía no había sanado
lo suficiente para caminar por mí misma. Le tocó a Afrodita y Artemisa ayudarme
a vestirme, y para la hora en que estuvimos listas, estaba tan agotada que lo
que quería era gatear de regreso a la cama.
—Tal vez podrían
esperar otro día —dijo Afrodita, mordiendo sus labios mientras me miraba.
Me senté en el sillón
que Peter, por lo general, ocupaba, sosteniendo mi cabeza entre las manos.
—No —dije con una
mueca—. Estoy bien. Sólo dame un minuto, ¿lo harás?
Me habían obligado a
usar un vestido blanco, y tenía demasiado miedo de hacer estallar un punto como
para moverme. Lo
único bueno acerca
de estas lesiones
era que un
corsé estaba fuera de discusión, pero eso significaba que había muy poco
relleno entre la tela y mis vendajes. Un movimiento en falso y estaría de pie
en frente del consejo con mi pecho cubierto de sangre.
—¿Te gustaría que
buscara a Peter? —dijo Ella. Seguía manteniendo su distancia de Afrodita, pero desde
el incidente del
río, parecía estar
haciendo un esfuerzo
para tolerarla.
Probablemente no
ayudó que Apolo
y Afrodita estuvieran
juntos de nuevo,
pero Artemisa estaba poniendo cara de valiente. Yo tenía
que darle crédito por eso.
—No es necesario
—dijo una voz profunda. Saqué mi cara de mis manos lo suficiente para ver a Peter
de pie en la puerta—. Chicas, pueden retirarse.
Ellas se dispersaron
rápidamente, a pesar de que Afrodita hizo una pausa para darme un beso rápido
en la mejilla.
—Buena suerte
—susurró, y luego se fue.
Peter estaba a mi
lado antes de que pudiera sentarme con la espalda recta.
—¿Estás bien?
—Siento que voy a
vomitar.
Las comisuras de sus
labios temblaron.
—Al igual que yo. —Me
ofreció la mano y la tomé, apoyándome en él para mantener el equilibrio
mientras me levantaba. No había manera
de que fuera a hacer todo el
camino hasta el salón de baile, donde la reunión sería hecha.
—¿Tengo que usar
zapatos? —dije, mirando los tacones que Afrodita había elegido para mí.
—Tu vestido
es lo suficientemente largo
así que el
dobladillo debería ocultar
tus pies descalzos —dijo Peter.
Vaciló y luego dijo en voz baja—. Lali, ¿estás segura?
—¿Segura de que no
quiero usar los zapatos? Sí. Apenas puedo caminar.
—No, quiero decir…
¿estás segura de que no deseas aceptar mi oferta?
Nunca volver a ver a Peter
o regresar a Eden. Yo no podía pensar en algo que quisiera menos.
—Positivo —dije,
apoyándome contra él—. Si
no salimos ahora,
llegaremos tarde. No estoy exactamente en forma para estar
corriendo por el pasillo.
—No te preocupes por
eso. —Rozando las cálidas puntas de sus dedos contra mi mejilla—. ¿Entiendes las consecuencias de pasar y de
fallar?
—Si fallo, vuelvo al
mundo real con mi memoria borrada. —Y Peter se desvanecería en la nada—. Si
tengo éxito, me quedo aquí contigo por seis meses del año.
—Por la eternidad, a
menos que desees terminar con tu vida —dijo Peter—. Siempre te mantendrás como estás hoy, y te será concedida la
inmortalidad por el consejo. No es una cosa fácil, la inmortalidad. Formarás
conexiones con los mortales, y vivirás más allá de sus vidas. Nunca habrá un
final. Tu vida será continua, y eventualmente perderás el contacto con la
humanidad. Te olvidarás de lo que era estar vivo.
El pensamiento de por
siempre era de enormes proporciones, de lejos la única certeza en la vida, era
la muerte. ¿Pero qué
bien traía morir? Todo lo que
traía era dolor, y yo había tenido
suficiente de eso para que me duraran las próximas mil vidas más o menos.
—Bueno, entonces creo
que es algo bueno que mi mejor amiga ya esté muerta, ¿no?
—Sí —dijo él con voz
apagada—. Tienes bastante suerte.
—Nadie dijo nunca que esto iba a ser fácil —le dije—. Yo sé esoEspero que les guste, hoy les he subido dos ya que ayer no pude subir ninguno, mañana espero subirles otro
Besos
@heartespos
1 comentarios:
Así se hace ,con decisión
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