martes, 11 de noviembre de 2014

Capitulo 59

Esa tarde, después de que ella se fue, Peter y yo jugamos a las cartas. A pesar de que me estaba recuperando, todavía lo estaba destruyendo, no parecía importarle. En lugar de ello, parecía disfrutar que estuviera pateándole el culo, y yo estaba más que feliz de hacerlo. 
—Voy  a  extrañarte  durante  el  verano  —le  dije  después  de  ganar  mi  quinto  partido seguido—. Y ganarte en Jacks
Peter me miró mientras barajaba el mazo. 
—Te echaré de menos también. —Hubo una nota de finalidad en su voz que me asustó.
Abracé la esperanza de que el consejo entendiera y viera que dormir juntos no había sido nuestra  culpa,  pero  ¿él  había  pasado  la  pasada  semana  preparándose  para  despedirse  de mí?
—¿Peter? —dije en voz baja—. ¿Podemos jugar a simular por un rato?
No miró hacia mí. 
—Por supuesto.
Tomé una respiración profunda. 
—¿Puedo  visitarte  alguna  vez?  Quiero  decir,  sé  que  se  supone  que  estoy  saliendo  y explorando el mundo, consiguiendo educación, pasando por la preparatoria, todo eso, pero pensé que tal vez si  yo termino permaneciendo en Eden,  podría  pasar  de vez en cuando antes de septiembre.
Peter vaciló. 
—Quería esperar hasta después de la reunión con el consejo para discutir esto contigo.
—¿Discutir qué conmigo?
—Tu libertad. —Él me miró y yo me quedé inmóvil—. Después de todo has tenido que pasar debido a mí, no podría pedirte que regresaras en el otoño, sin importar la decisión del consejo.
Traté  de esconder  mi dolor,  pero  hubo  un  destello  en sus  ojos  que dejó  en  claro que se había dado cuenta. 
—¿Tú no quieres que vuelva?
—Si por mí fuera, nunca te dejaría  ir. Pero ese no fue nuestro trato y,  más que eso, has sufrido  grandes  dificultades  por  mí.  No  deseo  hacer  tu  vida  más  difícil  obligándote  a regresar. Así que te estoy ofreciendo tu libertad, sin importar lo que el consejo decida. Tu libertad permanente.
Me  tomó  varios  segundos  entender  lo  que  estaba  diciendo.  Él  me  quería  aquí,  pero  se sentía culpable, ¿de qué? ¿Por lo que hizo Hera? 
—Pero  yo  quiero  volver  —solté,  la  idea  de  no  verlo  de  nuevo  hacia  que  mi  corazón  se acelerara. Tal vez él no lo comprendiera, pero la Mansión Eden era todo lo que yo tenía—.
¿Qué se supone que haga si no me dejas volver? Tú y Afrodita y Artemisa y Hestia y… y…
Vacilé, demasiado atragantada para continuar, y sequé mis ojos. Abandonando sus cartas,
Peter rozó el dorso de su mano contra mi mejilla.  
—Si  quieres  regresar,  entonces  eso  me  gustaría  mucho.  Es  tu  elección,  y  que  elijas permanecer aquí en vez de vivir tu vida... no puedo decirte lo que eso significa para mí.
—Pero  yo  estoy  viviendo  mi  vida  —le  dije  miserablemente—.  Y  puedo  vivir  mi  vida contigo, también. Sólo porque es poco convencional no significa que no es tan bueno como todo lo demás que está ahí fuera. Mejor, incluso. Millones de veces mejor.
Él dudó. 
—Eres muy amable, y significa todo para mí que pienses así. Si se me permite decir esto y esperar  que no  lo  tomes  como  alguna  forma  de  desaire...  no  estabas  viviendo,  Lali.  No conmigo, y tampoco en el mundo real. Estabas esperando que tu madre muriera, y ahora que ha pasado…
—Ahora que ella se ha ido, la única cosa que me queda es este lugar, y a la única persona que tengo eres tú —dije—. Va a ser necesario más que un asesino armado con un cuchillo para hacerme renunciar
En lugar de luchar contra mí por esto, su rostro estalló en la primera sonrisa real que le había visto desde que yo había muerto.
—Bueno, entonces el sentimiento es mutuo. —Levantó el mazo de cartas—. ¿De acuerdo?
Escuché que la sexta vez es la vencida.
Rodé los ojos. 
—Tal vez ganarás cuando el infierno se congele.
Él levantó una ceja. 
—Eso podría ser fácilmente arreglado.
Cuando el consejo convocó para el día antes del equinoccio de primavera, todavía no había sanado lo suficiente para caminar por mí misma. Le tocó a Afrodita y Artemisa ayudarme a vestirme, y para la hora en que estuvimos listas, estaba tan agotada que lo que quería era gatear de regreso a la cama.
—Tal vez podrían esperar otro día —dijo Afrodita, mordiendo sus labios mientras me miraba.
Me senté en el sillón que Peter, por lo general, ocupaba, sosteniendo mi cabeza entre las manos.
—No —dije con una mueca—. Estoy bien. Sólo dame un minuto, ¿lo harás?
Me habían obligado a usar un vestido blanco, y tenía demasiado miedo de hacer estallar un punto  como  para  moverme.  Lo  único  bueno  acerca  de  estas  lesiones  era  que  un  corsé estaba fuera de discusión, pero eso significaba que había muy poco relleno entre la tela y mis vendajes. Un movimiento en falso y estaría de pie en frente del consejo con mi pecho cubierto de sangre.
—¿Te gustaría que buscara a Peter? —dijo Ella. Seguía manteniendo su distancia de Afrodita, pero  desde  el  incidente  del  río,  parecía  estar  haciendo  un  esfuerzo  para  tolerarla.
Probablemente  no  ayudó  que  Apolo  y  Afrodita  estuvieran  juntos  de  nuevo,  pero  Artemisa  estaba poniendo cara de valiente. Yo tenía que darle crédito por eso.
—No es necesario —dijo una voz profunda. Saqué mi cara de mis manos lo suficiente para ver a Peter de pie en la puerta—. Chicas, pueden retirarse.
Ellas se dispersaron rápidamente, a pesar de que Afrodita hizo una pausa para darme un beso rápido en la mejilla. 
—Buena suerte —susurró, y luego se fue.
Peter estaba a mi lado antes de que pudiera sentarme con la espalda recta. 
—¿Estás bien?
—Siento que voy a vomitar.
Las comisuras de sus labios temblaron. 
—Al igual que yo. —Me ofreció la mano y la tomé, apoyándome en él para mantener el equilibrio mientras me levantaba.  No  había manera  de que fuera  a  hacer todo el  camino hasta el salón de baile, donde la reunión sería hecha.
—¿Tengo que usar zapatos? —dije, mirando los tacones que Afrodita había elegido para mí.
—Tu  vestido  es  lo  suficientemente  largo  así  que  el  dobladillo  debería  ocultar  tus  pies descalzos —dijo Peter. Vaciló y luego dijo en voz baja—. Lali, ¿estás segura?
—¿Segura de que no quiero usar los zapatos? Sí. Apenas puedo caminar.
—No, quiero decir… ¿estás segura de que no deseas aceptar mi oferta?
Nunca volver a ver a Peter o regresar a Eden. Yo no podía pensar en algo que quisiera menos. 
—Positivo  —dije,  apoyándome  contra  él—.  Si  no  salimos  ahora,  llegaremos  tarde.  No estoy exactamente en forma para estar corriendo por el pasillo.
—No te preocupes por eso. —Rozando las cálidas puntas de sus dedos contra mi mejilla—. ¿Entiendes las consecuencias de pasar y de fallar?
—Si fallo, vuelvo al mundo real con mi memoria borrada. —Y Peter se desvanecería en la nada—. Si tengo éxito, me quedo aquí contigo por seis meses del año.
—Por la eternidad, a menos que desees terminar con tu vida —dijo Peter—. Siempre te mantendrás como estás hoy, y te será concedida la inmortalidad por el consejo. No es una cosa fácil, la inmortalidad. Formarás conexiones con los mortales, y vivirás más allá de sus vidas. Nunca habrá un final. Tu vida será continua, y eventualmente perderás el contacto con la humanidad. Te olvidarás de lo que era estar vivo.
El pensamiento de por siempre era de enormes proporciones, de lejos la única certeza en la vida, era la  muerte. ¿Pero  qué  bien traía morir? Todo lo que  traía era dolor, y yo  había tenido suficiente de eso para que me duraran las próximas mil vidas más o menos.
—Bueno, entonces creo que es algo bueno que mi mejor amiga ya esté muerta, ¿no?
—Sí —dijo él con voz apagada—. Tienes bastante suerte.
—Nadie dijo nunca que esto iba a ser fácil —le dije—. Yo sé eso

Espero que les guste, hoy les he subido dos ya que ayer no pude subir ninguno, mañana espero subirles otro

Besos
@heartespos

1 comentarios:

Chari 12 de noviembre de 2014, 16:40  

Así se hace ,con decisión

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