Capitulo 34
Mis pulmones quemaban
y mi cuerpo me dolía por el esfuerzo de correr. Estaba en el medio del bosque
ahora, aunque todavía dentro de los límites de la propiedad de Peter. Las
paredes de contención
estaban a la
vista, pero eso
no era lo
que estaba buscando. Quería
encontrar el río.
Siete puntos por
debajo de lo que necesitaba… siete preguntas que eran la diferencia entre el
éxito y el fracaso, quedarse e irse, la vida y la muerte de mi madre. Vida y
muerte para Peter. No importa cuán cómoda estaba o no, o si no me gustaba estar
alrededor de él. Si él sólo hubiese querido a alguien para pasar el tiempo
podría haber elegido a cualquiera, pero me había elegido —dependía de mí—, y
ahora le había fallado. La única razón por la que estaba aquí era para pasar
las pruebas, y ni siquiera podía manejar eso.
No sé cuánto tiempo
me llevó, corriendo a través del bosque. Mis pies estaban sangrando y
golpeados, y más de una vez me tropecé, lastimando mis tobillos, codos y
rodillas, pero aun así seguí adelante.
Yo había fallado.
Todo había terminado, y no tendría otra oportunidad.
Necesitaba ver a mi
madre antes de que muriera. Necesitaba decirle adiós, incluso si ella no me
podía oír en este cuerpo más. Lo tenía que hacer aunque… había roto mi parte
del trato y, por
lo tanto, Peter no
tenía ninguna razón
para mantener el
suyo. No había garantía de que la volviera a ver si me
dormía, y tenía que decirle adiós antes de que fuera demasiado tarde.
Finalmente lo
encontré, el río donde
todo este lío había
comenzado. Cojeando por una torcedura de tobillo, seguí río
arriba hasta que apareció la abertura en el seto. Parecía más pequeño de lo que
recordaba, y no tenía idea de cómo iba a llegar al otro lado, pero tenía que
hacer esto. Me gustaría pedirle disculpas a Peter después.
Limpié mis
mejillas sucias y
llenas de lágrimas
con el dorso
de la mano, puse
mis pies descalzos en el agua y
jadeé. Hacía mucho frío. La corriente era fuerte, y sabía que si me resbalaba,
no sería capaz de nadar hasta ponerme a salvo. No esta vez. Sin embargo, tenía
que intentarlo. Un pie delante del otro, eso es todo lo que tomaría
Casi me lancé hacia
delante con el sonido de la voz de Peter. Yo estaba a pocos metros de la orilla,
equilibrándome precariamente en
las mismas rocas
resbaladizas que habían matado a Afrodita, y apenas logré
mantenerme.
—Déjame sola. —No
sonó ni de cerca como la voz feroz que había previsto.
—Me temo que no puedo
hacer eso.
—Fracasé. —No me
atrevía a correr el riesgo de voltear a mirarlo.
—Sí, Atenas me lo dijo.
Eso todavía no
explica por qué
estás arriesgando la
vida y las extremidades para pasar a través de un agujero en el
seto. Si quieres salir, la puerta de entrada es mucho más conveniente.
Mis pies estaban
entumecidos, haciéndome incluso más torpe que antes.
—Necesito ver a mi
madre.
Sin previo aviso, el
brazo de Peter estaba envuelto alrededor de mi cintura, tirándome en su contra.
Antes de que pudiera protestar, mis pies tocaron tierra.
—¡Déjame ir!
Me sostuvo el tiempo
suficiente para recuperar el equilibrio. Me aparté de él, temblando, aunque si
era a causa del frío o de lo furiosa que estaba, no lo sabía.
—Si te vas —dijo
pacientemente—. Tu madre morirá. No pensé que quisieras eso.
Abrí y cerré la boca.
—Pero… pero fracasé.
Me miró con
curiosidad.
—No soy tan estricto
como para castigar el fracaso con la muerte.
—Pero nuestro trato…
dijiste que mantendrías a mi madre viva mientras estuviera aquí.
No puedo estar más
aquí, no cuando fallé en la prueba.
Peter estaba inmóvil,
y entonces su expresión se suavizó, como si finalmente entendiera.
—Lali… ¿es de eso de
lo que todo esto se trata?
—Dijiste que no podía
fallar ninguna de las pruebas —le dije con incertidumbre.
—No puedes fallar en
ninguna de las siete pruebas que el consejo te ponga. El examen que Atenea te dio
no era una de ésas. —Sonrió huecamente—. Hasta
ahora, lo estás haciendo bastante bien.
Mi boca se secó.
—¿Hasta ahora?
—Sí. —Él parecía
divertido, y no estaba segura de si sentirme aliviada o limpiar la mirada de
suficiencia de su cara—. Hasta ahora, te has enfrentado a tres. Sólo una está
completa, pero eres impecable.
¿Cómo era
posible que ellos
estuvieran poniéndome a
prueba sin mi
conocimiento?
Cuando abrí la boca
para preguntar, cuidadosamente me interrumpió.
—Te debes estar
congelando… aquí. —Pasó su abrigo sobre mis hombros, y me aferré a él,
sumergiéndome en su calor—. Vamos a volver, ¿no?
Asentí con
la cabeza, mi histeria llegando
a su fin. Peter me
envolvió con delicadeza, como si tuviera miedo de que me
rompiera.
—Cierra los ojos
—murmuró, y lo hice.
Esta vez,
cuando los abrí,
estaba sólo un
poco sorprendida de
encontrarme en mi dormitorio. Peter estaba a mi lado.
—Veo que te estás
adaptando a la forma en que viajo.
—Uh-huh. —Tragué.
Todavía era desconcertante—. Yo debería… um… —Hice un gesto hacia mi vestido.
Estaba roto y cubierto de barro.
—Parece que está en
ruinas. Tal vez deberíamos encontrarle un reemplazo.
—Tengo toneladas,
de verdad. —Miré
hacia mi armario,
palideciendo—. Artemisa
probablemente no se dará cuenta.
—No discutas —dijo Peter—. Cámbiate
y pon hielo sobre tu tobillo por unos minutos.
Volveré pronto a
buscarte.
Suspirando interiormente, decidí
que era inútil.
Al igual que Artemisa,
él parecía estar determinado a mantenerme tapada hasta
las orejas con esos vestidos que daban picazón.
No podía esperar para
que llegara el verano, no por otra razón que ser finalmente capaz de usar los
jeans de nuevo.
Antes de salir por la
puerta, Peter se volvió.
—¿Lali?
Fruncí el ceño hacia
abajo, al laberinto de botones que se alineaban en el vestido en ruinas, mis
dedos aún temblaban mientras trataba de deshacerlos.
—¿Si?
—Yo sólo obtuve 164. Hola chicas, en breve les cuelgo el próximo y probablemente un par más firmen mucho y compartan
Besos!
@heartespos
1 comentarios:
Holaaaa...
Nuevaa lectoraa..
Me encanta la historia..muy intrigante..
No veo la hora de leer el prox cap..
Sigue avisandome por tw..besos :)
@pl_mialma
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