jueves, 6 de noviembre de 2014

Capitulo 41





—¿Por qué estás diciéndome esto? —dije en voz baja, mientras un trueno agitó 
el aire—. 
Si muero, Peter decaerá, y tendrás todo lo que quieres. 
Miró fijamente al suelo. 
—No todo. 
Antes de que pudiera considerar si se refería a perder a Peter o a perderme a 
mí; el cielo se abrió y, por primera vez en mis sueños, empezó a llover 
torrencialmente. 
—Prométeme que te mantendrás a salvo —dijo bajo la lluvia—. Prométeme 
que no harás nada imprudente. 
Asentí. No importaba cuán desesperaba estaba por encontrar algunas 
pequeñas piezas de felicidad en los sobrantes pedazos de mi vida, no estaba 
dispuesta a morir por ello. Por mi madre, sí; pero no por mí. 
—Gracias —dijo, sus hombros aflojándose con alivio—. Te veré en primavera. Y, ¿Lali? 
Lo miré, silencio mientras en el parque comenzaba a desvanecerse. 
—Lo siento —dijo, y fue la última cosa que escuché antes de que la oscuridad 
se cerrara a mi alrededor. 
A pesar de que estaba furiosa con Hermes, cuando desperté jadeando sola 
en mi cama, no pude evitar pensar que mientras estaba peleando tan duro 
para salvar la vida de mi madre y la de Peter, quizá todo lo que Hermes estaba 
haciendo era pelear para salvar la mía. 
Navidad era la única fiesta que mi madre y yo celebramos, y fue siempre 
festiva. De vuelta en Nueva York, nuestro pequeño departamento podía 
apenas albergar un árbol, pero de cualquier manera habíamos colocado 
uno en la esquina de la sala de estar y pasábamos horas decorándolo. 
Una pequeña pieza de naturaleza en una jungla de metal, diría ella 
mientras retrocedía para admirar nuestros esfuerzos una vez terminados. 
Los altísimos árboles de Navidad extendidos todo a lo largo de la Mansión 
Eden hacían a nuestros árboles de apartamento verse como simples 
ramitas. Casi todas las noches parecían que cosecharan por toda la 
mansión, y por semanas el olor de las galletitas de azúcar quedaría en los 
pasillos. El personal estaba aturdido por la excitación, y había una sentido del 
disfrute en el aire que no podía quitarme, incluso en mis malos días. Había 
esperado que celebraran el solsticio de invierno en su lugar, pero Artemisa 
dejó claro que celebrarían Navidad por mí. No se me escapó el hecho de que 
ninguna de las otras chicas sobrevivió pasada la Navidad, y a pesar de cuan 
enojada estaba con Hermes, hice un esfuerzo por nunca estar sola. Pero 
mientras más cerca estaba Navidad, más desaparecía Peter, y eso lo hacía 
difícil. 
Durante el otoño, él ocasionalmente se reunía conmigo alrededor de la 
mansión, pero ahora la única vez que lo veía era durante las tardes. Incluso 
ahí, las cosas eran tan malas como siempre, y a pesar del consejo de mi 
madre, por mi vida que no pude averiguar cómo darle lo que necesitaba. 
Sobrevivir pasada la Navidad, esperaba, pero no había garantía de que 
funcionara. No me dejé considerar la posibilidad de que quizá no lo hiciera. 
Pero sabía que quería que él pasara una feliz Navidad. Se suponía que 
la casa entera cenaría junta, y mientras que ese era un lindo comienzo, 
quería mostrarle la clase de Navidad que mi madre y yo teníamos junto. 
Quizás si lo invitaba a una parte privada de mi vida, me regresaría el favor… o al menos no me miraría con mala cara otra vez. Y, egoístamente, no 
quería pasar Navidad sola. 
En la víspera de Navidad, un árbol gigante apareció en mi habitación 
mientras estaba comiendo el desayuno, sólo con dos largas cajas de 
decoración. Mis lecciones fueron canceladas debido a la fiesta, así que 
arrastré a Afrodita dentro de mi habitación para ayudarme antes de que 
ambas nos alistáramos para cenar. 
Cuando Peter no estaba alrededor, ella era la única en la que confiaba lo 
suficiente para estar a solas durante cualquier lapso de tiempo. Después de 
todo, ella no había estado allí para las otras chicas, y estaba razonablemente 
segura de que no iba a tratar matarme por no aceptar la oferta de Peter en el 
equinoccio de otoño. 
Temprano en la tarde, sin embargo, estaba empezando a arrepentirme de 
haberla invitado. 
—Si llego tarde para mi cita con Dionisos esta noche, personalmente te voy a 
culpar —dijo Afrodita malhumoradamente mientras tiraba de una 
enredada cadena de luces. Cerca, mi cachorro, ahora llamado Pogo, nos 
observaba a ambas con interés. jales tan fuerte —dije, brincando sobre 
unas guirnaldas, salvando las luces de la brutalidad de Afrodita—. Son 
delicadas. Y no llegarás tarde… ¿pensé que estabas saliendo con Apolo? 
—Ya no —dijo ella con voz cantarina—. Volví a reunirme con dionisos y me 
invitó a su habitación para nuestra fiesta privada en vez del banquete. 
No pregunté. 
—Aquí, ayúdame con esto. —Le ofrecí un extremo de las luces y 
hábilmente deshizo el nudo—. Ahora ve hacia atrás. ¡No pises los adornos! Sí, 
justo así. 
Los sostuvo hasta que tomé las luces, aunque tuve que usar un gancho para 
decorar las ramas más altas. 
—¿Qué van a hacer Peter y tú esta noche? 
—Mi secreto —dije, mientras caminaba alrededor para ver la expresión de su 
cara. Rodé los ojos—. No eso. ¿Qué van a hacer Dionisos y tú? 
—Eso. —Me dirigió una picara mirada, y fruncí el ceño—. ¿Qué? Estoy 
muerta. No es como que importe ya. 
—No molestes con eso, Afrodita. —Me incliné para recoger algunos de los 
delicados adornos de cristal, e ignoré la imagen de Peter y Perséfone que 
rozaba el borde de mi mente. 
Necesitaba creer que Afrodita no haría eso a alguien a quien amaba—. Lo 
digo en serio. Esto no es un juego. Peter no reacciona bien a las personas que 
actúan así, y la última cosa que quiero hacer es molestarlo. Por favor. Por mí. —
Ya estaba al borde del fracaso—. Aquí, toma algunas de ellas. 
Afrodita tomó los adornos y comenzó a colgarlos sin orden ni concierto, 
agrupándolos juntos o colocándolos en ramas que se inclinaban 
peligrosamente con el peso añadido. Hice una mueca y empezó a cambiar 
su posición. Continuamos así durante unos minutos, hasta que finalmente 
Afrodita se dio la vuelta hacia mí. Sorprendida, se me cayó el adorno que 
llevaba, y aterrizó en el trozo de alfombra que dejé exactamente por esa 
razón. 
—Crees que soy una puta, ¿no? 
—¿Qué? —dije, reparando en sus mejillas encendidas y los ojos rojos. Estaba a 
punto de llorar—. ¿Por qué crees que pienso eso? —Porque. —Se dio la vuelta para colgar adornos, sacudiendo el árbol mientras 
lo hacía. Después de que otro adorno cayó, se sentó en el suelo—. Creo que a 
Dionisos sólo le gusto porque voy a dormir con él. 
—¿Por qué crees eso? —le dije cuidadosamente mientras me arrodillaba a 
su lado. Las posibilidades de que tuviera razón eran buenas, pero no 
significaba que fuera la única razón. A excepción de Peter, todos los chicos le lanzaban miradas por donde fuera, así que no estaba segura de qué más estaba esperando. 
—No sé —dijo—. Él nunca me habla. Va a hablar de mí o mostrarme cosas, o 
darme un beso, pero si no duermo con él, de repente encuentra otras 
cosas que hacer. O trata de darme celos con otras chicas. 
—Entonces es un idiota —le dije rotundamente—. Y estás mejor sin él. 
Suspiró. 
—¿Eso crees? 
—Sí, eso creo. —Hice una pausa—. ¿Qué pasa con Apolo? Es agradable, ¿no? 
Afrodita rodó los ojos. 
—Era tan protector, que era como que nunca me dejaba respirar. Pero sí —
agregó en voz baja—. Él estaba bien. Sensible, pero agradable. 
—Entonces, ¿por qué no rompes con Dionisos? —dije—. Especialmente si serás 
más feliz sin él. 
—Pero no lo sería. —Me miró con lágrimas—. Es solitario aquí, Lali, tú lo sabes. 
Estás tan ocupada todo el tiempo, y Artemisa no me quiere, y no me gusta 
Hera. Y si no tengo a Dionisos, ¿a quién más tengo? 
Traté de pensar en las palabras adecuadas para decir, pero nada llegó. 
Afrodita estaba tan sola como yo aquí, y mientras nos teníamos la una a la 
otra, había sufrido al igual una gran pérdida, cuando murió. Había perdido 
a sus padres, y aunque lo ocultara muy bien, momentos como estos me 
hacían recordarlo. 
—Lo siento —le dije, abrazándola—. Aunque estoy ocupada a veces, siempre 
estoy aquí para ti, y siempre lo estaré. Te lo prometo. Ten cuidado, ¿de 
acuerdo? 
No reaccionó durante varios segundos, pero cuando lo hizo, hundió la cara en 
el hueco de mi cuello y envolvió sus brazos alrededor de mí. Sus hombros 
temblaban y su respiración se hizo entrecortada, mientras se puso a llorar 
verdaderamente y le froté la espalda con tanta dulzura como pude, 
deseando ser mejor con este tipo de cosas. Nadie que conociera en Nueva 
York se había quebrado así delante de mí. Pero parecía que ayudaba, así que 
me quedé quieta, esperando a que el llanto terminara. 
Finalmente, aflojó el agarre y se echo hacia atrás lo suficiente como para 
mirarme. Cuando vi la mueca en su cara, sabía que lo peor había pasado. 
—¿Cómo podemos ser amigas cuando ni siquiera me dejas enseñarte a 
nadar? —dijo, limpiándose los ojos con delicadeza 
—Eso no funciona en mí, Afrodita —le advertí—. No me importa cuanta 
práctica hayas tenido con tus novios. 
Sus hombros se hundieron de nuevo, y suspiré. 
—No quiero aprender a nadar, no porque no me gusta o no deseo pasar 
tiempo contigo, sino porque me da miedo el agua. No es algo fácil para mí 
saltar dentro y aprender, ¿de acuerdo? 
Sus ojos se abrieron. 
—¿Tienes miedo del agua? ¿Lo juras por Dios que tienes miedo? 
Estaba decidida a hacer esto tan vergonzoso como fuera posible. 

Hooooola! Como estas? Espero que estén super super super bien, nosé ultimmente me transmiten mucha alegría pese que no comenten veo que ultimamente el blog esta teniendo muchas visitas y eso de verdad me alegra muchísimo, hacen mis días los mas bonito del mundo! Las estoy comenzando a querer, gracias por leer, comenta, compartir y sobre todo alegrarme los días con las visitas y los comentarios, que aunque no los conteste los leo TODOS.

Caro G:Lo siento no he podido subir un capitulo más ayer por eso hoy subo dos. Soy de España (no te guies nunca por mel acento o la forma de escribir ya que se me pega muy rapido los acentos!) y si tengo pensado hacer maraton durante el fin de semana.

Chari: Bienvenida!No sé porque sale es de la verificación de palabras, tampoco se como quitarlo, voy a preguntar como se hace eso y lo quito, 

PD: dajadme vuestro twitter si quereis que os avise cuando suba capitulos. Gracias!

Besos
@heartespos

2 comentarios:

Unknown 6 de noviembre de 2014, 22:28  

Supongo que Chari soy yo asi que si es para mi Gracias!!!
Me encanto el cap!

Chari 7 de noviembre de 2014, 4:25  

Gracias.
También soy d España,así k tomaré tus horarios para leer más temprano.
Afrodita es un loca linda!!!,jajjajajaja.

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