martes, 11 de noviembre de 2014

Capitulo 58


Él  hizo  una  mueca,  y  mi  estómago  se  convirtió  en  un  cubito  de  hielo.  Estaba  muerta, ¿cierto? Él apenas podía mirarme.
—No —dijo Peter, mirándose las manos. Estaba sosteniendo la mía—. Sigues viva.
Mi corazón se las arregló para detenerse y dar un salto al mismo tiempo. Eso quería decir que no había terminado, que aún podía hacer esto, que quizás pasaría… Pero luego recordé las últimas palabras de mi madre, y noté lo que quiso decir. No había sido  mi tiempo  de  irme;  fue el  suyo.  El  horror  me  llenó,  y no  pude  evitar  las  lágrimas, demasiado agotada para retenerlas. Luché por sentarme, pero el dolor en mi pecho estaba matándome.
—Quédate  quieta  —dijo  Walter  firmemente,  poniendo  un  vaso  con algo  en mis  labios.
Bebí la dulce medicina, con los ojos aún húmedos.
Todos me estaban mirando, pero yo nunca dejé de mirar a Peter, demasiado devastada para sentirme avergonzada.
—¿Peter? —susurré, mientras la medicina surtía efecto—. ¿Por qué…? —No podía hacer la pregunta. Luchando contra las ganas de cerrar los ojos, intenté mover los dedos de los pies para mantenerme despierta, pero incluso eso dolía.
—Duerme —dijo—. Estaré aquí cuando despiertes.
Al no tener opción, me dejé ir, pensando en sus palabras y esperando que fueran ciertas.
Esa noche, no soñé con mi madre, y supe que ya nunca lo haría. Las pesadillas llenaron las horas, imágenes de agua y cuchillos y ríos de sangre, y sin importar qué tan fuerte gritara, no podía despertar. Eran diferentes de las que tuve cuando llegué a la Mansión Eden, esas habían significado algo, una advertencia. Éstas eran recuerdos.
Después  de  lo  que  pareció  una  eternidad,  desperté.  Mis  ojos  se  abrieron  de  golpe,  mi cuerpo seguía doliendo y la tensión en mis músculos no ayudaba. Esperaba luz, pero por varios segundos sólo hubo oscuridad. Mientras mis ojos se ajustaban, vi a Peter.
Había  empujado  un  sillón junto a la cama,  y  aunque los otros  tres  lados  de  las  cortinas estaban cerrados, había suficiente espacio abierto para que lo viera. Aún sostenía mi mano. 
—Buenos días —dijo. Había algo distante en su voz que no comprendía.
—¿Días?  —murmuré,  intentando  mover  la  cabeza  para  mirar  por  la  ventana,  pero  las cortinas estaban cerradas.
Peter  pasó  su  mano  sobre  un  candelabro  que  había  en  la mesita  de  noche,  y  la  vela  se encendió. No era mucha luz, pero me bastaba para ver.
—Muy temprano en la mañana. Aún está oscuro. —Dudó—. ¿Cómo estás?
Buena  pregunta.  La  consideré  un  momento,  sorprendida  al  notar  que  el  dolor  había disminuido considerablemente. Pero no se refería a eso, y ambos lo sabíamos. 
—Se ha ido, ¿verdad?
—Pidió tomar tu lugar, y lo permití —dijo, con la vista fija en nuestras manos—. Era la única forma en que podía traerte del Inframundo. Una vida por otra vida, ni siquiera yo puedo romper las reglas de la muerte.
Sus palabras me golpearon con fuerza, y me lamí los labios resecos. 
—¿Dio su vida por mí?


—Sí —dijo, ofreciéndome un vaso con agua. Lo tomé con manos temblorosas, derramando más de lo que tomé. Peter volvió a llenarlo, y esta vez lo llevó a mis labios. 
—Estabas muerta, y no podía curarte. Fue su último regalo para ti.
Sollocé mientras el dolor se apoderaba de mí. Se había ido, y todo por mi error.  Porque había  dejado  a  Hera  acercarse  demasiado.  Porque  había  confiado  en  la  persona equivocada. Sentía como que una parte de mí había desaparecido, como si hubiera perdido algo esencial que nunca recuperaría. Estaba vacía y llena de dolor al mismo tiempo, y todo se sentía mal.
Pasaron  varios  minutos  antes  de  que  pudiera  mirar  a  Peter,  y  mucho  más  antes  de hablarle. Cuando lo hice, mi visión estaba empañada y mi voz sonaba forzada. 
—¿Qué pasó después de lo del río?
Su agarre en mi mano se hizo más fuerte. 
—Afrodita  encontró  tu cuerpo.  Pasó  mucho  tiempo  intentando  salvarte,  pero a  pesar  de  sus esfuerzos, todo fue inútil.
Mi garganta se cerró. Después de todo lo que le había hecho, Afrodita intentó salvarme. 
—¿Y Hera?
La expresión de Peter se endureció. 
—Hefesto la detuvo. Será juzgada y castigada por sus actos, y te prometo que mientras yo esté a cargo del Inframundo, no tendrás que volver a verla.
Temblé, y Peter me cubrió mejor con la sábana. No se me ocurrió decirle que no era por el frío.
—Fue la que envió esas pesadillas  —dijo—.  Y  la que intentó sacarte  del camino. Vio el potencial en ti como todos, y supongo que pensó que sólo podría detenerte si llegaba a ti antes de que entraras a Eden.
Casi lo hizo. Si antes tenía mis dudas, ahora era seguro que la única razón por  la que el auto no terminó contra un árbol, fue porque Peter  estaba ahí para protegernos.
—¿Qué va a ocurrirle?
—Aún no lo sé. Debe haber sabido que no podría salirse con la suya,  porque no intentó huir ni negar su participación, pero… —Dudó—. Sospecho que creyó que estaría sobre el castigo. A la luz de todo lo ocurrido, creí que sería apropiado que tuvieras voto en qué va a ocurrirle.
Comencé a preguntar por qué creyó que no sería castigada, pero una parte de mí lo sabía
—Te ama tanto que no soporta la idea de que estés con alguien más. Creyó ser la única capaz de hacerte feliz.
—Y en su lugar fue la que casi destruyó mi existencia. —Peter se inclinó y me besó los nudillos. Otro escalofrío me atravesó, completamente diferente al primero. 
—Soy quien  falló, no  tú, y  haré lo  posible durante toda  nuestra existencia para intentar compensártelo.
—Tú  no  me  fallaste.  —Intenté  ponerme  de  costado  para  verlo,  pero  el  movimiento únicamente me hizo ver las estrellas—. Fui yo quien te falló.
Debe haber sabido que me refería a la prueba, pero igualmente sacudió la cabeza.

—Nunca  podrías  fallarme.  Debería  haber  visto  las  señales  mucho  antes  de  esto,  y  no debería haberla tenido cerca de ti y, por eso, me siento muy apenado.
Hubo silencio un momento y finalmente dije en voz baja:
 —¿Estás bien? No, no esto, pero por la bebida y…
—Sí —dijo—. Me disculpo por cómo actué esa mañana. No estoy enojado contigo, estaba enojado.  —Se  detuvo,  con  la  furia  contorsionándole el  rostro,  pero cuando parpadeé,  su expresión estaba en blanco—. No fue tu culpa. Fue una bebida contaminada, nada más.
—Incluso si fallé, aún te amo, lo sabes.
Varios segundos pasaron,  y cuando quedó claro  que no iba  a responder, cerré  los ojos y suspiré.  Mi  cuerpo  pedía  dormir,  y  con  mi  mente  atontada  por  la  pérdida  de  mi madre, estaba segura de que no podría resistir. No podía estar segura, pero mientras encontraba el borde de la inconsciencia, su voz me llegó, amable y cálida y todo lo que necesitaba oír tan desesperadamente.
—Yo también te amo.
Durante la semana siguiente, Peter se quedó a mi lado. Lo que sea que tuviera el dulce tónico de Zeus se mantuvo deslizándose por mi garganta  trabajando, y pasé la mayoría del tiempo dormida. Finalmente, las pesadillas se desvanecieron, aún despertaba jadeando, incapaz de olvidar como el agua helada del río se sentía como si se cerrara en torno a mí.
El dolor de la muerte de mi madre no era opacado, pero lentamente me las arreglé para aceptar que estaría allí por un largo tiempo, y revolcarme en la miseria cuando se suponía que estaba sanando sólo perjudicará a Peter. Sería un insulto al regalo que ella me había dado  ignorar  lo  que  quería  para  mí,  y  los  últimos  seis  meses  me  habían preparado  para esto. Me habían dado la oportunidad de decir adiós de una manera que nunca habría sido capaz  de  hacer  sin  Peter.  Incluso  a  pesar  de  que  dolía  tanto,  había  una  especie  de  paz dentro de mí que de ningún otro modo habría estado allí. Me sostuve en la esperanza de que si el consejo decidía aceptarme a pesar de lo que había pasado entre Peter y yo, sería capaz un día de visitarla, hablarle y volver a caminar con ella. La muerte no era el final; Afrodita era la prueba de eso. Todavía la lloraba. Aún la extrañaba.
Tuve un flujo constante de visitantes. Al principio fue Peter y Zeus, pero después de que insistí, a Afrodita se le permitió entrar mi habitación también. En el momento en que ella me vio, voló hacia el otro lado de mi cama, sus ojos rojos e hinchados.
—¡Lali!  Oh,  Dios,  estás  bien,  ellos  dijeron  que  estabas  bien,  pero  tenía  miedo  de  que dijeran  eso  simplemente  porque  tú sabes  cómo  la  gente  puede  ser,  pero realmente  estás aquí y despierta y oh, Dios mío.
Artemisa envolvió sus brazos alrededor de mí tan flojos que yo apenas podía decir que estaban ahí, no me importaba si dolía un poco. La  abracé tan fuerte como  pude y luego pasé  los siguientes  treinta  segundos  pagando  por  ello.  El  dolor  se  disparó  a  través  de  mí, desplazándose por todo el camino hasta la punta de los dedos de mis manos y pies, pero lo valía.
—¡Lo siento!  —dijo  ella,  enrojecimiento  profundamente  mientras  yo  jadeaba.  En  el otro lado de la cama, Peter parecía preocupado, pero por ahora se estaba acostumbrando a que me pidiera mucho a mí misma. Mientras mis puntos de sutura no comenzaran a sangrar, todo estaba bien.
—No  —le  dije  una  vez  que  pude  hablar  de  nuevo—.  Yo  quería abrazarte.  Lo  siento inmensamente tanto por todo.  Por gritarte acerca  de  Apolo, por decirte  todas  esas  cosas horribles… no lo merecías, nada de eso.
Artemisa agitó la mano con desdén. 
—No importa. Tenías razón… estaba siendo una idiota. ¡Pero tú estás viva! Vas a lograrlo, y no voy a estar atrapada aquí sin mi mejor amiga. —Me dio una mirada que debe haber intentado que fuera severa, pero me hizo sonreír—. Ya sabes, nada de esto habría pasado si me hubieras dejado enseñarte como nadar.
—Sí,  estabas  en  lo  cierto  sobre  eso  —dije,  ignorando  la  parte  donde  yo  había  sido apuñalada antes de ser arrojada al río. Yo dudaba que esto le importara mucho a Afrodita—.
Te diré que… una vez que Peter diga que estoy bien, podemos encontrar un lugar en los terrenos y me puedes enseñar cómo.

La sonrisa en la cara de Afrodita valía más que lo que me costaría entrar en el agua otra vez.


Espero que les guste el capitulo, Comenten y compartan
Besos
@heartespos 

1 comentarios:

Chari 12 de noviembre de 2014, 13:38  

dato importante ,todos vieron el potencial d Lali

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:3

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