Capitulo 57
Cuando abrí
los ojos, no
estaba segura de
qué esperaba, pero no era a mi madre.
Excepto que allí estaba ella,
mirándome tan entera y saludable como lo estaba cada noche cuando me dormía. En
lugar de recibirme con su sonrisa usual, su expresión era grave, y miraba a
algo en la distancia.
—¿Mamá? —dije. Y
cuando me miró, sus ojos estaban tan rojos y hundidos que no podían ser suyos.
Incluso en el peor día de su enfermedad, no se había visto nunca tan vacía. Aún
había habido algo en
ella, un atisbo de
sonrisa o algo que me
recordaba que ella seguía siendo mi madre. Pero no esta
vez.
Intenté tomar su
mano, pero el piso era inestable, y volví a caer en el banco. Estaba oscuro afuera,
nada como los días normalmente brillantes que pasamos juntas, pero la luna
llena y los millones de puntitos que eran las estrellas me daban la luz
suficiente para ver en donde estaba.
Seguíamos en Central
Park, pero por
primera vez desde
que mis sueños comenzaron, no estábamos en Sheep
Meadow. Estábamos en un bote flotando en el lago.
Me congelé. Aquí era
donde casi me había ahogado cuando era una niña.
—Mamá, yo… —Mi voz se
rompió, más débil de lo usual. Estaba cansada y sólo quería cerrar los ojos y
olvidarme de todo esto. Dejarlo ir con toda mi vida—. Lo siento.
Se quedó mirando el
agua, su miseria era tan clara en su
rostro que podía sentirla.
—No es tu
culpa —me dijo, cortando el
silencio que nos rodeaba. Incluso las cosas que normalmente hacían sonidos, como los
grillos o el viento, estaban silenciosos. Todo lo que oía era su voz y el
sonido de las ondas que el bote creaba al deslizarse sobre el agua. Era como si
fuéramos los únicos seres vivos en la ciudad.
Estaba demasiado
exhausta para moverme,
pero realmente quería
atravesar el bote y
tocarla. Mostrarle que seguía aquí, incluso si no fuera por mucho.
—Pero lo es. Fue Hera
todo el tiempo, y yo nunca lo vi. Debería…
—Debe haber habido
muchos otros que la han conocido mucho más tiempo que tú —dijo mi madre—. Ellos
deberían haberlo visto, a lo sumo, no tú. No puedes culparte por algo que nunca
podrías haber sabido.
—Pero debería haberlo
hecho —dije, con la voz tan quebrada que temía perderla—. Sabía que alguien
quería herirme, y debería haber intentado averiguar quién era, pero estaba tan preocupada
por Peter, y yo pensé que nadie se atrevería a hacerlo estando él cerca. Pensé que
estaba a salvo.
—Deberías haberlo
estado. —Podía ver la luz de la luna en sus mejillas, un signo de que estaba
llorando—. Debería haber hecho más.
Dudé.
—¿Qué quieres decir?
En lugar de
responderme, se puso de pie y cruzó el bote, haciéndolo moverse. Me sujeté con
todas mis fuerzas a los bordes, pero ahogarme era la menor de mis
preocupaciones. Si ya no estaba muerta, lo estaría pronto. Se sentó a mi lado y
me envolvió en sus brazos, y todo lo que pude hacer fue mantenerme. Una de las
dos tenía que ser fuerte.
No sé cuánto tiempo nos sentamos ahí, escuchando el bote
mecerse en el agua. Podrían haber sido
minutos u horas…
el tiempo parecía
detenerse aquí, y
su abrazo era
toda la protección que necesitaba
del frío aire nocturno. Repasé los eventos que habían ocurrido junto al río,
cómo un momento Hera había sido mi
amiga y, al siguiente, mi asesina.
¿Cómo no lo había
visto? Pero en retrospectiva, ¿qué había para ver?
—¿Por qué
crees que lo
hizo? —murmuré, contra
el hombro de
mi madre—. Dijo que amaba a Peter, pero ¿por qué matar a
todas? ¿Por qué arriesgar así su vida, también?
Pasó sus dedos por mi
cabello. Estaba segura de que quería reconfortarme, pero sólo me recordaba lo
que estaba perdiendo. Lo que ambas estábamos perdiendo. Le
había fallado tanto como le
fallé a Peter,
pero al menos
ella me perdonaría
por eso. Deseaba
poder perdonarme a mí misma también.
—¿Por qué crees?
—dijo amablemente, y me encogí de hombros.
—No lo
sé… —Mi mente
vagó de Hera
a Peter a
Afrodita, quién había
estado tan desesperada por
encontrar el amor.
—Quizás ella estaba
muy sola. Quizás pensó que podría salvarlo. Pero si ella realmente lo amaba, ¿cómo
pudo arriesgar su
existencia así? Quiero
decir, si yo
fuera ella, habría preferido verlo conmigo a no verlo
para nada.
—Hay más de un tipo
de amor —dijo mi madre—. Quizás esa es
la diferencia entre tú y Hera. Quizás por eso tú fuiste elegida y ella no.
Cerré los ojos e
intenté pensar en eso, pero nada además del vaivén del bote y la caricia de mi
madre tenía ya sentido.
—No quiero ir
—susurré—. No quiero despedirme.
Enterró el rostro en mi
cabello.
—No tendrás que
hacerlo.
Antes de que pudiera
entender lo que quería decir, el bote se deslizó hacia la costa.
Cuando se detuvo,
abrí mis ojos y vi una silueta recortada contra el agua, distorsionada en el
reflejo. Lo brazos suaves de mi madre fueron reemplazados por unos musculosos,
y sentí que me sacaban fuera del bote. Quería luchar, insistir en quedarme con
mi madre, pero mi lengua se sentía pesada y estaba muy cansada.
—La tengo —dijo una
voz adolorida. Peter.
—Gracias —dijo mi
madre, con la voz llena de algo que no comprendí. Pasó su mano por mi mejilla y
se inclinó para besar la de él.
—Cuídala, Peter.
—Lo haré
—dijo, pero no
había nada detrás
de eso. Mi
madre se inclinó
y me besó
la cabeza. Quería desesperadamente tomarle la mano, pero ella lo hizo
por mí, y con lo poco que me quedaba de fuerza, me las arreglé para apretársela
levemente.
—¿Mamá? —Incluso para
mí mi voz
sonaba rara y retorcida, como
si estuviera aprendiendo a
hablar.
—Está bien, cariño.
—Se alejó, y podía ver sus lágrimas—. Te
amo, y estoy tan orgullosa de ti. Nunca lo olvides.
El pánico
me inundó, pero
como no podía liberarlo, simplemente
sufrí con el
dolor desgarrador. Se estaba yendo. Éste era el fin. Se suponía que
tendría más semanas con ella, ¿no era ése el trato?
Qué estúpida. ¿Cómo
podría pasar tiempo con ella si estoy muerta y ella no?
—También te amo
—dije, y aunque creí que había sonado ininteligible, ella sonrió.
Mientras Peter se
volvía lejos de ella y me llevaba a la oscuridad nocturna, volví la cabeza lo suficiente
para verla hacerse
más y más
pequeña en la
distancia. Finalmente pareció desvanecerse, y ya no estaba. Repetí
mentalmente sus últimas palabras, el pegamento que me mantenía
unida para resistir
la somnolencia. Volvería
a verla cuando
falleciera, y entonces habría
millones de días soleados en Central Park que pasaríamos juntas. Pero aunque sabía esto, aunque Peter
estaba llevándome a mi propia
muerte, no podía evitar
formar una simple
palabra en mis
labios, una que
me había resistido
a decir por tantos años. La que había esperado no decir
nunca. Adiós.
Esperaba que
la muerte fuera
fría. En su
lugar, lo primero
que sentí fue
calidez, una increíble calidez
que llenaba mi cuerpo o al menos lo que quedaba de él, y se esparcía en mí como
la miel. ¿Era esto por lo que Afrodita había pasado? ¿Despertarse cálidamente?
Parecía demasiado sencillo.
Y luego el dolor
comenzó. Abrumador, agonizante, un dolor en mi pecho y en el costado, exactamente donde Hera me había apuñalado.
Gimiendo, me pateé
mentalmente por pensar que
sería tan simple.
Afrodita no había
mostrado signos de
su lesión en
la cabeza, después de todo, y mi
cuerpo debía curarse antes de que
pudiera despertar y andar por ahí.
Susurros llenaron
el aire, y
no podía acallarlos.
¿Otras almas muertas?
¿Ya estaría mi madre
esperándome allí? ¿Abriría los
ojos y vería el
cielo, el césped y
árboles, o habría algo más?
Debería haberle preguntado a Peter cuando pude.
Parecieron años
cuando finalmente me animé
a espiar. Al principio la luz
enceguecía, y volví a
cerrar los ojos,
pero cuando lo
hice más lentamente, se
ajustaron. Esta vez mi
gemido no tuvo
que ver con
el dolor. Estaba
en mi cuarto en
la mansión, rodeada
de rostros familiares. Afrodita y Artemisa, Hestia y Hefesto, incluso Zeus
estaba ahí, y todos se veían preocupados. Y por el rabillo del ojo, lo vi. Peter.
Mi corazón se detuvo
un instante, pero ya estaba demasiado confundida para preguntarme por qué
seguía latiendo en primer lugar. Esto no era Central Park.
—¿Estoy muerta? —O al
menos eso es lo que quería decir. Salió como un gruñido, y mi garganta estaba
ardiendo… ¿pero qué importaba? Peter estaba aquí.
Holaaa! Dejenme abajo sus twiters para las que quieren que les avise, espero que les encante el capitulo
Besos
@heartespos
1 comentarios:
Vi fin y creí k había terminado .
K bueno k no fue así.
Esta viva,o no ,no da señales d lo k pueda ser ,así k a esperar el siguiente cap.
Su madre la llevó a la puerta d la mansión x algo ,y creo k estará relacionado con que ella misma pudiera ser una d las diosas?,a leer k ya se descubrirá.
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