Capitulo 1
La foto no tiene nada que ver con el capitulo. |
En lo que respecta a
los cumpleaños no lo recomendaría.
Manejé todo el
camino. Mi madre estaba muy enferma para estarse despierta por mucho tiempo. Manejé sola, pero no me importó. Me
tomó dos días, y dos horas después de que cruzamos el puente de la Península
Superior de Michigan, ella se veía exhausta y rígida por estar en el coche
durante tanto tiempo, y si yo nunca veía un tramo de carretera de nuevo, sería demasiado pronto.
—Lali, detente aquí.
Le di a mi madre una
extraña mirada, pero encendí la luz intermitente de todas formas.
—No se supone que
tomemos una salida hasta dentro de cinco kilómetros.
—Lo sé. Quiero mostrarte
algo.
Suspirando interiormente, hice
lo que ella
dijo. Ella ya
tenía los días
contados y las probabilidades de que ella tuviese un día
extra eran mínimas.
Había pinos
por todos lados,
altos y amenazantes.
No vi señales,
ni marcadores de kilómetros, nada más que árboles y un
camino sucio. Ocho kilómetros después comencé a preocuparme.
—¿Estás segura de que es el camino es
correcto?
—Claro que estoy
segura. —Ella apoyo su frente contra la ventana, y su voz era tan suave y rota
que apenas si podía entender—. Falta sólo
un kilómetro y medio más o menos.
—¿Qué es?
—Ya verás.
Después de un
kilómetro y medio, la cerca comenzó, se extendida por un lado del camino, tan
alta y gruesa que era imposible ver lo que estaba del otro lado, y debieron ser
otros tres kilómetros antes de que saliéramos en un ángulo recto, formando una
especie de línea divisora. Todo el tiempo que manejamos mi madre se quedó
viendo la ventana, embelesada.
—¿Esto es todo? —No
quise sonar tan cortante, pero mamá no pareció notarlo.
—Claro que no es
todo… voltea a la izquierda aquí, cariño.
Hice como me dijo,
guiando el coche alrededor de la esquina.
—Es agradable
y todo —dije
con cuidado no queriendo molestarla—, pero
sólo es una cerca, no deberíamos encontrar una casa
y…
—¡Aquí! —El
entusiasmo en su voz me sorprendió—. ¡Justo allí!
Estirando el cuello,
vi de lo que ella estaba hablando. Situado en el centro de la cerca había una
puerta de hierro forjado, y entre más nos acercábamos más parecía crecer. No
era sólo yo… la puerta era monstruosa. No estaba allí para verse bonita. Estaba
allí para asustar fuertemente a cualquiera que pensara en abrirla.
Yo desaceleré
parando frente a
ésta, tratando de ver entre
las barras, pero
todo lo que podía ver
eran árboles. La
tierra parecía sumergirse
en la distancia,
pero no importaba cuanto estirara el cuello, no podía
ver más allá.
—¿No es hermoso? —Su
voz era alegre, llena de luz y, por un momento, parecía su vieja yo. Sentí su mano deslizarse junto con la mía
y la apreté tanto como me atrevía—. Es la entrada a la Mansión Eden.
—Se ve…
grande —dije, con
tanto entusiasmo como
me fue posible.
No tuve mucho éxito—. ¿Has estado alguna vez dentro?
Era una
pregunta inocente, pero
la mirada que
ella me dio
me hizo sentir
como si la respuesta fuera bastante obvia, que
incluso aunque nunca hubiese escuchado de este lugar, debía ser muy obvio.
Un momento después
ella parpadeó, y esa mirada desapareció.
—No en mucho tiempo
—dijo ella vacíamente, me mordí el
labio, arrepintiéndome por lo que
sea que hubiese
hecho para romper
la magia—. Lo
siento Lali sólo
quería verlo, deberíamos
continuar.
Ella soltó
mi mano, y
de repente estuve
muy consciente de
cuan fresco estaba
viento contra la palma de mi mano. Cuando presioné el acelerador,
deslicé mi mano devuelta a la de
ella, no queriendo
dejarla ir aún.
Ella no dijo
nada, y cuando
me volví a
verla, ella estaba descansando su
frente contra el vidrio una vez más.
A
ochocientos metros de camino,
pasó. En un momento el camino estaba vacío y al otro una vaca
estaba a no
más de cuatro
metros y medio
frente a nosotras,
bloqueando el camino.
Presioné los frenos y
giré el volante, el coche giró en un círculo completo, arrojando mi cuerpo
hacia un lado. Mi cabeza se golpeó contra el vidrio mientras luchaba por
mantener el control del coche, pero era inútil, pude haber estado intentando
volar por lo bien que lo estaba haciendo.
Paramos milagrosamente saltándonos
una línea de árboles.
Mi pulso se
aceleró, y tomé grandes bocanadas de aire, intentando
calmarme.
—¿Mamá? —dije
frenéticamente.
A mi lado, ella
sacudió la cabeza.
—Estoy bien, ¿qué
pasó?
—Había una… —Me
detuve concentrándome de nuevo en el camino. La vaca se había ido, confundida
miré el espejo retrovisor y vi una figura parada en medio del camino, un chico de
cabello oscuro alrededor de mi edad usando un abrigo negro que se movía con la
brisa.
Fruncí el ceño y me
volteé para intentar obtener una vista adecuada de la ventana trasera, pero él
se había ido.
¿Lo había imaginado
entonces? Hice una mueca y me froté la cabeza. No había imaginado esa parte.
—Nada —dije
temblando—. Sólo he estado manejando
bastante, eso es todo, lo siento. —
Mientras encendía con
cuidado el coche para avanzar, miré hacia el espejo retrovisor una vez más.
La cerca y el
camino estaban vacíos.
Me aferré al
volante con fuerza con
una mano y con la otra agarré la de ella, inútilmente intentando olvidar
la imagen de ese chico que ahora quemaba en mi cerebro.
Continuará...
Un poco tarde para mi pero subo el primer capitulo de hoy. Espero que les guste
Besos.
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