Capitulo 23
Yo subida a horcajadas de él, con la falda
lady de mi vestidito marinero y media espalda al aire remangada hasta la
cintura, y las bragas hechas añicos en sus manos (estupendo, voy de cena con
vestido y sin ropa interior), me restriego y restriego en su polla dura como
una adolescente con las hormonas revolucionadas. Hasta que no podemos más y
saco un condón de mi bolso. Tras ponerlo a toda prisa entre los dos, me empalo
en su miembro despacio, sintiendo cada gramo de placer que me proporciona su
carne abriendo la mía. Gemimos fuerte entre besos.
Me agarra del culo, de
la espalda, de la nuca, del culo otra vez. No para de tocarme todo el
cuerpo, es una necesidad insaciable para él tocarme.
–Es una necesidad
insaciable tocarte, joder.
–Sí cariño, sí. Tócame.
Oh.
Me acaricia como puede
el clítoris, vuelve al culo y sin decirme nada noto que uno de sus dedos se
introduce en mi… parte de atrás. Antes de que pueda dar el respingo que quiero
dar, me penetra con mucha fuerza moviendo sus caderas y con un brazo me sujeta
de la cintura. Gimo tanto que creo que los violadores y asesinos en serie van a
venir cuan zombis a nuestro encuentro, pero el orgasmo es tan intenso que se me
nubla la mente. Él me sigue unos segundos después.
Casi no me doy cuenta de
que su dedo sigue en mi culo hasta que lo saca. La verdad, nunca me habían
tocado allí. Pero lo ha hecho de forma tan él, tan natural, que me ha excitado.
A nivel puro de placer ha sido extraño. No me ha dolido pero tampoco es que me
haya gustado. Ha sido raro tener algo ahí dentro pero no me ha molestado. Y en
ese nanosegundo sé que tarde o temprano le abriré las puertas de Mordor toditas
para él.
Ya en mi asiento, me
paso por el pelo un cepillo de mano que tengo y me recompongo el maquillaje en
espejito del parasol. +Peter tira el condón lleno de él por la ventanilla y se
ríe diciendo que no tenía sexo en un coche desde los veinte años, pero que le
vuelvo demasiado loco como para no echarse encima de mí. Yo también me río y
nos ponemos en marcha. Apenas quedan diez minutos para llegar al adosado y me
debato si decirle o no lo que estoy pensando. El filtro mente boca ya sabemos
que no es lo mío.
–Peter.
–Dime.
–Quiero que sepas que
nunca antes, nadie me había…
– ¿Te había qué?
–Tocado ahí.
Creo que estoy roja como
un tomate.
– ¿En serio?
Se queda callado unos
segundos ante mi negativa, pero está sonriendo.
– ¿Te ha gustado que lo
hiciera?
–Pues… sí. Me ha gustado
que no me lo preguntaras. Te habría dicho que no.
Nos reímos y pone una
mano en mi muslo, acariciándolo. Solo ese gesto ya me tiene a mil.
–Nunca insistiré en
hacer algo que tú no quieras, pero follarte ese culo tan de pecado que tienes
está en mi larguísima lista de quehaceres contigo.
– ¿Larguísima lista de
quehaceres?
Me guiña un ojo y me
sonríe. Sube más la mano y yo ya estoy pensando en dónde podríamos parar de
nuevo antes de llegar.
– ¿Y qué harás cuando la
lista se termine?
Sonríe con picardía sin
apartar la vista de la carretera. Una sonrisa de «te lo voy a demostrar» que va
directa a mi vientre como un torrente eléctrico.
Tal y como me temía, su
mano sube por mis muslos y toca mi desnuda entrepierna. Hace pequeños círculos
por mi sexo y yo me revuelvo, dándole mejor acceso. ¡Dios pero qué estoy
haciendo! Me da igual, ya estoy otra vez con necesidad de él. No me decepciona
y comienza a acariciar mi mojado clítoris mordiéndose el labio. Yo me lo muerdo
también como acto reflejo y me acomodo suspirando. Aminora la marcha. Sigue y
sigue acariciándome rítmicamente mientras yo jadeo y me retuerzo, buscando el
contacto pleno con su mano. Me da hasta vergüenza, pero lo que este hombre
despierta en mí es incontrolable e imparable. Sus dedos se mueven implacables y
de repente uno se cuela en mi interior. Gimo. Se muerde el labio inferior otra
vez y ronronea. Yo he dejado de ver, oír y sentir nada salvo esa mano
prodigiosa y el olor a sexo que impregnamos los dos.
–Córrete en el asiento
de mi coche para mí.
Y eso ya me hace
estallar en mil pedazos, sorprendiéndome ante el inesperado orgasmo que tengo
en sus dedos. Mientras ahogo mis grititos y le miro alucinada, se lleva su dedo
mágico a la boca y lo chupa. Me guiña un ojo y sonríe.
–Esa lista no se
terminará nunca.
Cuando llegamos a la
casa, Euge y Nico salen a recibirnos. Obviamente la primera en saltar como
una leona hacia Peter es Euge. Le mira de arriba abajo y ni ella con su
templanza puede disimular que mi chico es un auténtico dios griego de Danone.
Nico le estrecha la mano y ambos se deshacen en simpatía hacia Peter, que la
corresponde con creces. Ver a Barbie y Ken tan entusiasmados porque Peter se
sienta cómodo me emociona y me hace ver lo preocupados que estaban por mí estos
meses atrás. Les quiero tanto que voy a llorar.
Enseguida Nico y PEter se ponen a hablar de deportes y se ríen juntos mientras entramos al salón. Vera
me tira del brazo hacia atrás y me susurra lo guapísimo que es y lo buenísimo que
está mi máquina sexual de arrancar sonrisas, como ella llama a Peter. Me río y
le digo que vengo de echar un polvo en el coche a mitad camino y una réplica
orgásmica por masturbación mientras conducía. Se queda alucinada y me hace una
reverencia. Me hace directamente la ola cuando le digo que voy sin bragas
porque mi hombre me las ha roto en su arrebato. Y la muy perra se niega a
dejarme unas bragas y se recrea en hacerme pasar vergüenza. Jodida Euge.
Sentados en el sofá con
unas cervecitas, Peter le pregunta a Euge por su viaje, aunque como sabe que a
Nico no le hace mucha gracia, cambia de conversación y nos centramos en
reírnos de las chorradas que me pasan. Nos reímos de mí, vaya. De repente suena
el timbre, Euge se levanta a abrir y Nico le pregunta a Peter si quiere un
valium.Peter le mira extrañado y enseguida oímos la voz de Gas entrando al
salón en su estado más gay y la voz de su folloamigo Ple, de quien aún no sabemos
su verdadero nombre, tratando de no avergonzarse.
– ¡Decidme que me he
muerto y estoy en el cielo! ¡Mis dos amores, mis dos buenorrísimos juntos para
hacerme feliz! ¿Una mamadita rápida chicos?
El pobre Ple no sabe
dónde meterse. Él es serio y algo tímido. Está totalmente enamorado de Gas y
quiere ganárselo. Nico le corta de inmediato.
–Hostia puta Gas, si
vas a empezar con tus mierdas de marica te vas de esta casa pero ya.
–Uuuyy mi cariñito
gruñón. No te pongas así, cielo, que luego destrozas a euge a pollazos y no
puede ni andar.
Nos echamos a reír todos
porque en el fondo Gas tiene unas formas de decir las cosas que te partes,
quieras o no. Es espontáneo y tiene desparpajo. Y nada de malicia. A veces
resulta pesado y soez pero él mismo se da cuenta y recula, poniéndose más
serio. A nico se le da bien ponerle más serio.
Por eso la cena
transcurre con normalidad entre risas, historias, copas de vino y
conversaciones sobre política. En la mesa de Nico y Euge siempre se habla de
política. El tema se acaba pronto porque, por raro que parezca, los seis
estamos bastante de acuerdo en los puntos principales. Pues nada, ¿sacamos los
cubatas, no? dice Euge en su papel de anfitriona que tan bien sabe hacer.
Fingiendo ayudarla, voy con ella a la cocina. Gas no tarda ni dos segundos en
aparecer.
Holaaaa! Chicas espero que les haya gustado el capitulo no es mucho pero les subo hoy porque ayer no les subi ninguno, Que pasesis de maravilla lo que queda de día, ah1 y no olvideís de dejar vuestros tw si quereis que os avise.
Besos
@onlyespos_
8 comentarios:
Maasss
Jajajajja amo a gas Jajajaj
++++
@x_ferreyra7
Jajjajajaajaja,Peter no pierde ocasión!!!
Masss quierooo mass porfiiii :) besos @zairasantos7
jajajaja gas como habla es un genio
lo amoooo
besos
Subeee massss por favorrr!!!!
Eso esss daleee subiii otro capitulooo!!!!!!!
Oooooo haz maratooon!!!! ;) ;) ;)
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