Capitulo 7
Lali me cuenta desconsolada la nueva bronca que ha tenido con Nico mientras
tomamos café. «Los matrimonios no son perfectos» me dice. Me cuesta creerlo de
ellos. Pero es cierto. Nico es profesor de literatura y en sus ratos libres,
escritor. Se pega tantas horas frente al ordenador que se olvida directamente
de que tiene una mujer… que quiere tener un hijo. «Por ahí no paso, Lali. Por
ahí sí que no. Yo quiero ser madre». Me pregunto por qué nico estará en plan
«ahora no es momento». Tenéis 32 años ya, pasta hasta decir basta y lleváis más
años juntos que, que, que algo que lleve muchos años juntos.
La
calmo y le aseguro que tendrá un bebé de Nico antes de que él siquiera se
baje los pantalones. euge se lo merece, joder Nico. euge se merece quedarse
embarazada. Embarazada. Embarazada. Y esa palabra resuena en mi cabeza como una
bomba nuclear. Marcos. Marcos tampoco quería tener hijos. Era casi tema tabú,
como casarnos. Yo sí quería ambas cosas e insistí, como Euge. Lo más que
conseguí fue un «no sé, quizá el año que viene». El año que viene me dejó por
otra porque yo no le daba lo que necesitaba. No, parando. Me he propuesto ser
fuerte y superarlo.
Cuando
nos encaminamos hacia la parada del metro, miro el móvil borrando las últimas
llamadas y chats de whatsapp; estúpida manía la mía porque luego tengo que
volver a los contactos. Y toda la sangre abandona mi cuerpo.
–
¡Ostras!
–Qué.
–Tengo
un mensaje y una llamada perdida. Joder, tenía un mensaje y una llamada suyos.
–
¿De Marcos?
–No,
de Peter.
–
¿Cómo?
–Tengo
un whatsapp de Peter, contestándome al que le mandé yo. Me respondió a los
pocos minutos ¿Cómo no lo vi? Y luego tengo una llamada suya del sábado.
–A
ver.
euge,
la experta en tecnología que no sabe encender un ordenador, me quita el móvil
de las manos.
«Lo
que no has entendido es que el culazo en el que me fijé fue en el tuyo. Me
encantaste desde que estabas sentada en esa mesa escribiendo hasta que te
acercaste a la barra. Y después cuando volviste y el camarero denteroso no te
hizo ni caso y pusiste tu cara de mala leche ¿Cuál es tu siguiente deseo… una
caña conmigo el sábado?».
–Joder,
Lali. ¿Y no le respondiste?
–Lo
acabo de ver. Y a los dos días me debió llamar y no me enteré. ¡Joder!
–Eso
es porque no tienes guardado su número y se te perdería en la agenda de
llamadas. Y el mensaje se te camuflaría entre los del chat de Lascivos.
–
¡Pues que le den al chat de Lascivos y a ti, a Gas, a su folloamigo Ple, que
ya me dirás qué clase de mote es Ple, y a Nico! ¡Joder, que ha pasado una
semana!
–Tranquila
La, respira. Tranquila. Más espera más atracción. Llámale.
–Ni
de coña. Este ha hecho una diana conmigo. Paso.
–Lali Esposito, vas a llamarle o le llamaré yo misma. Te vas a tomar una caña con él. Y
no me hagas gritar.
–
¿Y ese cambio al equipo pro Peter?
–No
sé. Me ha puesto tonta lo del culo.
La
pereza que siento al darle a la tecla de llamar es brutal. Quizá esté follando
con una rubia de… Para. Quizá esté tan cabreado que ni lo coja. Quizá este
ocupado. Ring. Ring. Quizá esté en el gimnasio curtiendo ese cuerpo de dios
griego. Ring. ¿Qué le digo si lo coge?
–
¿Lali?
–
¿Me creerías si te dijera que no había visto tu mensaje y tu
llamada hasta hoy, porque mi móvil es una patata?
Dios, Lali. De todas las cosas posibles a decir esa era la única que NO debías.
Desesperada se ve reflejada en tu cara.
–Por
alguna extraña razón, te creo. Pero te advierto que no me gustan los juegos de «me hago la
interesante y paso de ti para que tú vengas detrás».
Las cosas son así: si
pasas de tomar algo conmigo, pasas. Si no pasas, voy a por ti. Y si no pasas
pero haces que pasas, paso de ti. ¿Nos hemos entendido?
Quiero
colgar y tirar el teléfono por la ventana.
–Esto…
¿estás enfadado?
–Me
gusta demasiado tu culo como para jugármelo a juegos de quinceañeros.
Toma,
toma.
–Peter,
si todo esto es por lo que leíste, solo son ideas estúpidas que no
siempre tienen que ver con lo que soy.
Se
ríe. Joder con su risa. Mataría por esa risa. Me excito en dos segundos. Tengo
que contenerme y aprieto todo mi sexo lo más que puedo.
–
¿De verdad crees que las guarradas que escribiste son algo que yo no haya hecho
ya? ¿Crees que eres la única chica que tiene fantasías? No, no es eso lo que me
llamó la atención de ti, te lo aseguro.
¿Qué
fue? ¿Qué fue? ¿Qué fue?
–Ah,
ya. Mi culo. Qué alentador.
–No
seas tonta. ¿A qué hora quedamos? Te paso a buscar en no sé, ¿media hora?
–Son
las once de la noche y mañana trabajo.
–Yo
también trabajo. Ya tenemos algo en común. Dame tu dirección.
Empiezo
a temblar. No.
–No.
No. Hoy no puedo. Yo… Peter, hoy no voy a poder. Quizá otro día. Solo te
llamaba por
–Lali.
–Peter.
–Dame
tu dirección para pasarte a buscar. Solo una caña. Sé que te apetece.
Apuesto a
que estás apretando tus muslos con fuerza mientras hablas conmigo.
La
madre que parió a todo lo que parió la madre. ¿Cómo lo sabe?
–
¿No me digas que eres la idea número tres?
–Mmm.
Me
derrito mmm mmm mmm.
–
¿El mojabragas de manual? Deja ya de apretar los muslos nena, vas a ponerme aún
más cachondo.
¿Aún
más? O sea ¿ya lo estás? ¿Cómo sabes qué? Empiezo a sentir miedo. Ultimas noticias sucesos: muere chica joven a manos de…
–Ahora
es cuando me dices que eres El Mentalista Patrick Jane.
No
he podido evitarlo. Y él se ríe tan obscenamente que me muero y aprieto los
muslos tan fuerte que creo que estoy a punto de correrme.
–No,
guapa, de mentalista tengo poco. Pero tú lo escribiste. Y sé lo que hay.
Libido
bajando estrepitosamente. Odio a los creídos.
–Odio
a los creídos.
Filtro
mente boca nulo.
–Ya
lo sé. Por eso me gustas. ¿A qué hora quedamos?
–
¡A ninguna!
Finjo
enfado y él hace un ronroneo sensual que casi hace que tenga todos los
orgasmos
concentrados de mi vida. ¿Le gusto?
–Me
gusta que seas mala… en la cama nena. Fuera de ella no. Anda, no te hagas tanto
de rogar.
Deshojo
mi margarita interior. Sí, no, sí no. Va, venga, aunque solo sea para un puto
polvo.
–Una
caña inofensiva pasado mañana a las nueve y media, en El Sol.
–De
acuerdo. Una caña ofensiva pasado mañana a las ocho, en El Canterbury.
–No
tolero no tener ni voz ni voto.
–No
haberme hecho esperar una semana.
Y
cuelga. Será cabrón. Y cerdo. Y manipulador. Y ligón. Y creído. Y seductor. Y
encantador. Y guapo. Y ¿qué me pongo?
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Besos
@lalisod
1 comentarios:
jajajjaja me mato Y cuelga. Será cabrón. Y cerdo. Y manipulador. Y ligón. Y creído. Y seductor. Y encantador. Y guapo. Y ¿qué me pongo?
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