lunes, 12 de enero de 2015

Capitulo 38



Esa noche no hacemos el amor. Aunque el resto de tarde hemos estado bien y hemos ido al cine y a hacer unas compras, yo no estoy muy de humor para sexo. Creo que él tampoco porque ni lo intenta así que nos pegamos el rato pre-sueño escuchando música suave en la cama con dos copas de vino y hablando de lo que le cuesta al ser humano reponerse de las heridas. La conversación deriva al concepto de fortaleza y debilidad y de ahí a los estereotipos de hombres y mujeres, la inteligencia emocional, y cómo afrontamos uno y otro los
problemas cotidianos. Pasamos casi dos horas charlando, bebiendo vino, fumando y escuchando música. Me ha vuelto a pedir perdón un par de veces y un par de veces le he dado un beso dulce en los labios. Al final, me quedo dormida en su pecho sonriendo al recordar lo que decía Betty sobre que todos
los príncipes azules son a veces sapos… y también las princesas.

Pero de madrugada Peter me busca. Me despierto jadeando al notar como sus manos recorren mis piernas y su lengua sopla mi piel. «Mi nena» lo susurra con tanta necesidad como la que tengo yo por él. Y no por tener sexo y orgasmos, si no por sentirle a él. Por sentir su piel y sus manos y su miembro, todo en mí.
Sentirle en mí. Me quita el camisón y yo su camiseta. Bajo sus calzoncillos y consigo quitárselos con los pies. En otras ocasiones, cuando me ha hecho o yo a él asaltos en la madrugada, no nos ha dado tiempo de desnudarnos pero hoy, después de la discusión y de las fotos, necesito, necesita, sentir su piel y sentirle mío. Pero cuando voy a abrazarlo con mis piernas para que se
hunda en mí ya, coge mis muñecas y me las agarra juntándolas por encima de mi cabeza. Entonces, las envuelve con una mano y con la otra coge el camisón que yacía a un lado.

Frunzo el ceño extrañada y él lo besa. Me ata las manos a los barrotes del cabecero con el camisón. Sonrío. Me besa profundamente. Quiero tocarle. Se mueve y coge ahora su camiseta y doblándola, me la coloca sobre los ojos hasta
anudarla tras mi cabeza.
–Peter…
Jadeo.
–Sshh. Confía en mí.

Me dejo hacer. Solo siento. Las luces están apagadas y la camiseta-venda no me deja ver nada más que negra oscuridad. Solo sé dónde está Íñigo por sus respiraciones y su olor. Es embriagador. Se mueve. La expectación hace que me
excite. De los altavoces suena «The Only One» de los Black Keys. Sonrío; toda una declaración de sentimientos. Vuelve a mí y me besa en la boca como él sabe, me agarra la cabeza con una mano, con la otra toca mis pechos y mi torso mientras me canta susurrando al oído la parte de la letra que suena «all I do is baby dream of you…». Oh, cariño. Sollozo y el besa mis labios. Recorre con su lengua mi cuello y desliza una mano hacia mi sexo. Noto un dedo y otro en mí. Gimo. Los saca y gruño enfadada. Casi puedo oír su sonrisa, cabrón. Se mueve por la cama y noto la punta de su pene deslizándose por todo mi sexo. Mmm, uf. Siento su aliento y mi boca busca la suya. Pero su boca está susurrándome al oído.

– ¿Confías en mí?
–Sí. Balbuceo como puedo. Noto como su glande se abre camino.
–Quiero que confíes siempre en mí, como yo confío en ti.

Me besa. Ahora sé que no estábamos hablando de sexo y me dan ganas de llorar de lo mucho que le quiero y él a mí.

–Quiero que te convenzas de que eres la única. La única.
Como la canción. Jadeo. La siento entrando.
–Soy tuyo, Lali. Solo tuyo.
–Tuya. Solo tuya.

Lo digo sin pensar. Porque así lo siento. Y así entra en mí hasta el fondo y me hace el amor con su particular mezcla de ternura y brutalidad que tan loca me vuelve. Estoy muy cerca con solo sentirle. Después de la discusión y de todas las dudas que han visitado mi cabeza necesitaba esto. Quizá no antes, que estaba aún aturdida, pero sí ahora. Le necesito a él, sentirle, tocarle,
verle deshecho de placer por mí. Por mí. Madre mía voy a reventar. Mis caderas se mueven a su ritmo y mi cuerpo entero busca su contacto.

–Peter, por favor…

Baja sus dedos hacia mi sexo y mientras sigue penetrándome, mueve sus dedos entre mis pliegues, lo que provoca un orgasmo que aviva todos mis sentidos, hasta los que tengo cubiertos de camisetas. No puedo más. Le necesito.

–Quiero tocarte, por favor.

No me hace de rogar más. Me suelta las muñecas y me destapa los ojos. Le abrazo tanto que creo que se me van a desencajar los hombros. Entra de nuevo en mí embistiéndome despacio, dulcemente, sin dejar de besarme.

–Mi amor.

Y oírle decir eso hace que un orgasmo baje rápidamente por mi espalda y mi vientre y estalle en mi sexo pillándome desprevenida. Oh. Peter me besa con ternura y me acaricia la cara. Restriega su nariz contra la mía y yo le acaricio ahora la cara. Es tan nosotros este gesto… él y yo. Le siento en mí y él me
siente también, no hace falta que me lo jure por sus sobrinas porque lo sé. Sencillamente lo sé. Con una certeza tal que me abruma.

–Confío en ti, mi vida.

Peter respira aliviado y comienza a acelerar el ritmo hasta que, tras varios golpes secos, eyacula gimiendo «soy solo tuyo» con su voz ronca.
Y yo me olvido de fotos, de desengaños y de infidelidades. 


Espero que os hayan gustado los capitulo por hoy

Besos
@onlyespos_

5 comentarios:

Anónimo 12 de enero de 2015, 18:44  

Muy muy buenos los cap :)))
++++++
@x_ferreyra7

Anónimo 12 de enero de 2015, 20:47  

Masss quierooo masss me encantaaaa :) besos @zairasantos7

mimii 12 de enero de 2015, 21:12  

Muy buenos caps, maasss

Chari 13 de enero de 2015, 5:09  

Buenísimos!!!.
Menos mal k Lali entendió,y Peter no puede ser más dulce.

Anónimo 14 de enero de 2015, 14:52  

Sigueeee!!!!!!!!

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