lunes, 12 de enero de 2015

Capitulo 35



– ¡Mi culito moreno ha vuelto! Tengo dos casas y cuatro bares
para ti, amol, ¿por dónde te apetece empezar?
–Cállate, cerdo. Maldigo cada segundo que oigo tu asquerosa
voz y más si son las ocho de la mañana. Y más si es lunes. Y más
si acabo de volver de las vacaciones más increíbles de mi vida.
Tráeme café.
–Oh, qué bonito es el amor. Pero mueve el coño de una vez,
que tienes faena.
–Te odio, Ga.
–Mejor, así no me sentiré tan mal cuando ejecute mi plan para
tirarme a Lanzani sin que te enteres.

Bien, pues ya es lunes y he vuelto de mis dos semanas de
vacaciones. Gas me trae un café bien cargado a la mesa mientras me explica cómo ha ido el estudio estos quince días, durante los cuales no le he dejado ni mencionar el trabajo un segundo. Eso incluye la cena que hicimos el sábado en mi antigua casa, a modo de despedida del piso de la tristeza, como lo llama Euge, en la que solo hablamos de que Nico, por fin, ha aceptado intentar tener un bebé. ¡Mi Euge será mamá muy pronto, seguro, y yo me muero por verle la carita a mi pre-sobrino! Y por supuesto, les reconté con más pelos y señales mis increíbles vacaciones en Cuba.

Cuba.

He viajado por media Europa. He estado en las grandes capitales Europeas y en San Francisco. He recorrido muchas playas de España y visto cientos de pueblos perdidos. Me he maravillado con cientos de edificios, imponentes museos, calles
encantadoras, personas hospitalarias y tiendas de ensueño. Pero nada, NADA, puede compararse con Cuba. Y no lo digo por el precioso país en sí. Ni por la abundante comida, el alcohol y la buena música. Ni por la calidez de su gente o la belleza de sus playas. Lo digo porque para mí Cuba es y será ÉL.Peter y yo paseando acaramelados por las playas; dándonos besos furtivos en las hamacas de red; recorriendo la isla y maravillándonos con cada rincón; hablando y riendo con su gente; bebiendo mojitos sin parar de reír, de bailar y de decirnos cositas bonitas; haciendo el amor cada mañana y follando como bestias cada noche; él y yo discutiendo como energúmenos al perdernos o cuando un chico trató de ligar conmigo. Cuba es Peter y todas las cosas buenas que salen de
él.

La semana siguiente a nuestra vuelta, mi segunda semana de vacaciones, con todo el bajón post-Cuba, comencé a hacer la mudanza. Y como puro nervio y puro genio que soy, la mudanza me trajo más de un dolor de cabeza. Y a Peter. Pero sorteamos los obstáculos como dos personas adultas y maduras. Es decir, follando. A veces pienso que somos la versión light de Euge y Nico. Porque también discutimos, aunque por tonterías. Más por los prontos impulsivos que tenemos que por cosas que realmente nos afectan. Y debemos ser masocas porque esas peleíllas al final solo nos avivan más. Empiezo a creer que él a
veces las busca y a veces creo que las busco yo también. Peter dice que es porque no reñimos por nada importante, nada que duela. Qué razón tiene. Porque lo cierto es que las cosas importantes, las decisiones, los sentimientos o los problemas del día a día, los hablamos y expresamos con tranquilidad aunque no estemos siempre de acuerdo. Nos comunicamos bien. Y para mí eso es más importante que el sexo.

Pero hay una cosa todavía más importante que la comunicación y el sexo. Una que lo implica todo y sin la cual, no hay ni lo uno ni lo otro.

La confianza. 




Holaaa Chicas segundo por hoy
Espero que os gute

Besos
@onlyespos_

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