viernes, 26 de septiembre de 2014

capitulo 26


El resto de la mañana no fue mucho mejor, y por la tarde fue cien veces peor. Después del almuerzo, Artemisa se unió a nosotras, como una sombra silenciosa deambulando por la casa, y la  tensión  que  causaba  me  daba  ganas  de  arrancarme  los  cabellos.  Afortunadamente después de unas pocas y dirigidas miradas, se encargó de evitar a Afrodita por completo, y Afrodita se encargó de ignorar a Artemisa.
Fue reconfortante tener Afrodita allí. Artemisa era una pieza conocida de la realidad que solía usar de ancla, la prueba que necesitaba para que todo esto no fuera una alucinación elaborada.
Hizo más fácil creer que no me estaba volviendo loca. Tal vez eso era con lo que Peter contaba.
Mientras vagábamos por los pasillos, explorando las innumerables habitaciones, me quedé cerca  de  Afrodita.  No parecía  importarle,  e  incluso me  tomó  del brazo  y  me  condujo  de un lugar a  otro, describiendo  cada habitación  que pasábamos  como si  estuviera tratando  de venderme  una  casa.  Hera  se  nos  unió,  pero  Artemisa  siguió  manteniendo  su  distancia.  A pesar  de la  tensión, la  tarde estuvo  realmente  divertida. No  fue  hasta que  estuvimos de regreso  en mi  habitación que  se  hizo insoportable,  todo por  las  noticias entregadas  por Hestia en medio de la tarde.
— ¿Un cotillón? —dije, mi corazón hundiendo—. ¿Te refieres a un baile
A nadie más parecía importarle. Hera chilló, e incluso Artemisa parecía emocionada. 
— ¿Un  baile?  —dijo  Afrodita,  aplaudiendo  las  manos  con  entusiasmo—.  No  tengo  nada  que ponerme… ¿qué se supone que debo hacer?
— ¿Invadir otro armario? —dijo Artemisa. Ambas la ignoramos.
—Un baile formal mañana  por la noche  —dijo  Hestia—, organizado por el consejo en tu honor. La mayoría de las veces es planificado para el solsticio de invierno, pero ya que eres la última y todos tan ansiosos de conocerte, se ha anticipado.
—¿Quieres  decir  que  no  tiene  nada  que  ver  con  el  hecho  de  que  la  mitad  de  las  chicas fueron asesinadas en su baile y Peter quería asegurarse de que ella sobreviviera a él antes de invertir más tiempo? —dijo Artemisa inocentemente.
Hestia la miró y se volvió hacia mí. 
—Considéralo tu introducción en la sociedad.
Suspiré y traté de ignorar lo que Artemisa había dicho. Peter no dejaría que eso me sucediera.
No si yo era su última oportunidad. 
—No necesito ser introducida en la sociedad. La sociedad y yo nos hemos encontrado por años sin conocernos, muchas gracias.
—¿Todo el consejo vendrá esta vez? —dijo Hera nerviosa.
—Esto es por Peter —dijo Artemisa con una mueca—. ¿Realmente cuestionas que alguna vez querrán conocerla?
—¿Quienes están en el consejo? —dije—. ¿Por qué son tan terribles?
—No lo son —dijo Artemisa mientras se sentaba en un sillón, manteniendo su distancia—. Son familia  de  Peter.  Sus  hermanos  y  hermanas  y  sobrinos,  aunque  él  y  sus  hermanos  y hermanas realmente no están relacionados por sangre. Más bien se adoptaron entre sí ya que comparten el mismo creador y son los seis dioses originales, pero es como se llaman a sí mismos. Es como una descripción tan buena como cualquier otra.
—¿Como Zeus y esas cosas? —dijo Afrodita desde su lugar en mi cama—. ¿El tipo rayo?
Casi podía ver el humo comenzar a salir de los oídos de Artemisa. 
—¿Estás loca o sólo eres increíblemente estúpida?
Afrodita inhaló. 
—Ninguno, gracias. ¿Hera? ¿Es el tipo rayo?
—Sí, ese es él —dijo Hera desde una butaca, donde se había colapsado por la noticia—.
Es hermano de Peter.
Mordí mi labio, sin saber qué decir. Me costó mucho creer todo esto para empezar. Añade al  Rey  de  los  dioses,  y  a  cualquier  posibilidad  concebible  que  tenía  de  tomar  esto  en serio… salió volando por la ventana. Además, no tenía ninguna duda de que si realmente empezaba a creer lo que estaban diciendo, me habría desmayado sobre el terreno, y eso era lo último que quería. Por ahora, eran familia de Peter. Una familia que daba miedo, muy intimidante  y  muy  grande,  pero  aun  así  su  familia.  Podría  ignorar  la  parte  de  los relámpagos mientras tanto.
—Nueva regla —dije,  tragando  el nudo en  la  garganta—.  Nadie habla de ellos a menos que pregunte. Me están volviendo loca, y no puedo hacerlo si me estoy volviendo loca, así que… mejor no lo hagan. No hasta que el baile haya terminado. ¿De acuerdo?
Ninguna de ellas parecía muy desdichada con esto, y todas asintieron, incluyendo a Afrodita.
—No estamos autorizadas a decirte mucho de todos modos —admitió Hera. Fruncí el ceño, pero no luché contra ello. Si Peter no me lo decía, entonces tendría que averiguarlo por mi cuenta.
—Una cosa —dijo Artemisa—. Lo último que diré sobre ello, pero que realmente debes saber.
El consejo será el que decida si realmente pasas las pruebas. Y si no pasas, serán los que decidan qué hacer contigo después.
Mi cabeza daba vueltas, y dije en voz baja: 
—¿Lo que  harán  conmigo  después?  Pensé que Peter  había  dicho  que  no sería  capaz de recordarlo.
—¡Oh, no te preocupes! —dijo Hera, mirando fulminante hacia Artemisa—. No lo harás. No te lastimarán ni nada, o al menos no creo que lo hagan. —Vaciló—. Nadie realmente llegó hasta ese punto antes.
La  forma  en  Artemisa  la  miró  me  hizo  pensar  que  no  estaba  recibiendo  toda  la  verdad.  Mi estómago se revolvió con violencia y, por un momento, pensé que iba a enfermarme. Si no les gustaba, estaba jodida, y no quedaría nadie para preocuparse por lo que me hicieran.
En baile?  —La  risa  tintineante  de  mi  madre  se  alzó  sobre  la  gente  que pasábamos en la concurrida calle de Nueva York, quienes se apresuraban
a  nuestro  alrededor  en  su  camino  a  casa  o  al  trabajo  u  otros  lugares importantes—. Ellos realmente no te conocen en absoluto, ¿verdad?
—No es gracioso. —Metí mis manos en mis bolsillos, mirando al otro lado de la calle en Central Park—. ¿Qué pasa si la familia de Peter me odia?
—Siempre  es  una posibilidad,  supongo.  —Metió  su brazo por  mi codo y  me  atrajo más cerca—. Sin embargo, lo dudo mucho. ¿Quién podría odiarte?
Rodé mis ojos, negándome a hablar de la parte en la que al parecer alguien dentro de la casa quería verme muerta. 
—Tú eres mi mad
re. Se supone que debes decir eso.
—Es verdad. —Artemisa sonrió—. Aunque eso no significa que no lo quiera decir.
Cerca de allí un coche tocó la bocina con impaciencia en el tráfico lento, y mi madre y yo éramos  constantemente  empujadas  a  medida  que  nos  dirigíamos  por  la  acera  a  nuestro propio  ritmo,  no  el  rápido  caminar  que  los  otros  peatones  utilizaban.  Cerré  mis  ojos  e incliné  la cabeza  hacia  arriba, inhalando profundamente.  El olor  era  excepcionalmente  a Nueva  York, y me  recordó lo mucho  que extrañaba la  ciudad. Cuánto echaba  de  menos estar aquí con mi madre. 
—Él cree que es un Dios.
—¿Lo hace? —Mi madre levantó una ceja—. Trajo de vuelta a Afrodita, ¿no?
Antes  de  que  pudiera  responder,  ella  vio  a  un  vendedor  de  perros  calientes.  Traté  de decirle  que  no  tenía  hambre,  pero  ella  no  lo  estaba  escuchando.  Dos  minutos  después, volvimos  a  entrar  en  el  parque,  ambas  sosteniendo  perros  calientes.  El  suyo  estaba cargado  con  todos  los  ingredientes  que  el  vendedor  tenía;  yo  me  quedé  con  la  salsa  de tomate.
—Dijo que estuvo casado con Perséfone —dije de mala gana. Incluso a mí, me parecía una locura
—Entonces  eso  lo  convertiría  en  Hades  —dijo  ella  de  forma  tan  realista  que  le di una mirada perpleja. Lamentablemente se dio cuenta. 
—¿Qué?
—¿Realmente le crees? —dije.
—¿Y tú no? ¿Qué más necesita hacer para demostrártelo, querida? —Artemisa se inclinó y me dio un beso baboso en la frente—. Tú siempre has sido demasiado práctica para tu propio bien.
—Pero.  —Tomé  una  respiración  profunda,  tratando  de  enfocar  mis  pensamientos—. ¿Pero por qué? ¿Por qué le crees?
Artemisa hizo un gesto de ancho, barriendo al parque que nos rodeaba. 

—¿De qué otra forma puedes explicar esto?


¡¡Hola!! Muchísimas,muchísimas gracias por las firmas, aunque solo sean dos por lo menos alguien me firma y me emociona bastante ya que pensaba que nadie leía la novela, veo que hay gente que lee la novela y como dijo la anónima es injusto, por eso voy a subir la novel hasta que termine.

2 comentarios:

Anónimo 28 de septiembre de 2014, 2:28  

Mass quierooo masss :) @zairasantos7 bessitos

Anónimo 11 de octubre de 2014, 6:40  

GRACIAS no queria quedarme con la intriga de como termina!.
Yo la leo siempre, x ahi no comento siempre xq tengo un bebé y a veces solo hago tiempo de leerla.
GRACIAS de ♥.

Rory♡

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