lunes, 25 de agosto de 2014

Capitulo 24


—Entonces, ¿fue real? ¿Mi sueño con mi madre?
Peter lucía decididamente satisfecho de sí mismo. 
— ¿Te gustó?
—Sí. —Vacilé—. Fue… ¿fue sólo una vez?
—No. —Él me miró de cerca, como si tuviera miedo de que yo perdiera el conocimiento.
No estaba tan segura de que no lo haría—. Por la duración de tu estancia, llegarás a verla todas las noches.
Estudié  el  modelo  de  la  fuente  de  mármol,  mis  ojos  trazaron  las  irregulares  líneas  y remolinos.
—Gracias. Muchas gracias.
—No  hay  necesidad  de  agradecerme.  —Sonaba  confundido—.  Te  dije  que  cumpliría nuestro acuerdo, y lo haré.
—Lo sé. —Pero nunca había pensado que eso significaba conseguir pasar más tiempo con ella. No en la cabecera de su cama sosteniendo su mano y esperando a que despertara, sino hablar  con  ella  como  si  no estuviera  enferma, como  los  últimos  cuatro  años  que  nunca habían ocurrido. Esto estaba más allá de todo lo que había esperado.
Pero  honrar  su  parte  de  nuestro  acuerdo  significaba  que  tenía  que  cumplir  mi  parte también, y esto avanzó a rastras sobre mí, el terror penetraba lentamente en mi mente y en mi cuerpo mientras me daba cuenta que estaba tratando de hacer algo que nadie había podido hacer antes. En cierto modo, sentí como si hubiera firmado mi sentencia de muerte. 
—¿Y ahora qué? ¿Qué debo hacer?
—Sé  tú  misma.  —Colocó  su  mano  sobre  mi  hombro,  como  había  hecho  con  Afrodita.  Sin embargo, a diferencia de Afrodita, parecía temeroso de tocarme, y el contacto duró sólo unos segundos—.  Lo más  probable es  que  las  pruebas lleguen  cuando menos  las esperes.  No estoy a cargo de su administración, ni soy el juez final.
—No soy muy buena con los exámenes sorpresa —le dije.
Rió entre dientes, y esto me inundó, ayudándome a disolver un poco de mi ansiedad. 
—Éstas no son el tipo de pruebas con las cuales un maestro te calificaría. Ponen a prueba lo  que  eres,  no  lo  que  tienes  almacenado  en  tu  cerebro.  Es  posible  que  las  reconozcas mientras transcurren, y es posible que no. Pero sé tú misma. Es todo lo que alguien puede pedir de ti.
Sus dedos rozaron mi mejilla, demorándose. Esta vez no se apartó.
—¿Por qué haces pruebas? —dije—. ¿Por qué son necesarias?
—Porque —dijo—, el premio no es algo que damos a la ligera, y tenemos que asegurarnos de que sea algo que puedes manejar.
—¿Qué es?
—Inmortalidad.
Sentí un bloque frío con forma de hielo en el hoyo de mi estómago. Entonces mis opciones ahora eran vivir para siempre o morir en el intento… u olvidar las últimas conversaciones que alguna vez tendría con mi madre. De alguna manera, no parecía justo.
—Lo harás  bien  —dijo—. Puedo sentirlo.  Y  luego,  me  ayudarás  a  hacer  algo  que  nadie más  es  capaz  de  hacer.  Tendrás  poderes  más  allá  de  la  imaginación, y nunca le  temerás nuevamente  a  la  muerte.  Nunca  envejecerás,  y  siempre  serás  hermosa.  Tendrás  la  vida eterna para pasarla como quieras.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo, y no sé si fue por la forma en que me habló, lo que dijo o por  la  forma  en  que  me  miró.  La  vida  eterna  sin  mi  madre  no  era  algo  que  quería contemplar. Pero si él podía traer a Afrodita de regreso…
—Tal vez —susurró—, incluso puedes aprender a nadar.
Eso rompió el hechizo. Resoplé con fuerza, incapaz de socorrerme. 
—Buena suerte con eso.
Sonrió. 
—O quizás algunas cosas son imposibles después de todo.
Una vez que Peter me regresó a la habitación para desayunar, comí tan rápido que apenas pude probar la comida, a pesar de lo apetitosa que lucía. Pilas de tostadas con mantequilla, pilas de tocino, incluso a un lado había panqueques con jarabe de arce, pero Afrodita estaba en algún lugar de la mansión, y quería volver a verla. Necesitaba confirmar que ella estaba realmente  aquí.  No  fue  sino  hasta  después  de  que  acabé  mis  huevos,  cocinados exactamente como mi madre solía hacerlos, que noté por primera vez en semanas, que no había  tenido  una  pesadilla.  Hice  una  nota  mental  para  preguntarle  a  Henry  sobre  ello, preguntándome  si  fue  debido  a  los  sueños  con  mi  madre.  Tenía  que  ser.  En  todo  caso, esperaba que la Mansión Eden hiciera peor mis pesadillas en vez de ahuyentarlas.
Sin embargo, antes de que pudiera ver a Afrodita, Hera me informó que tenía que conocer a mi tutor. Una vez que terminé mi comida, ella era la única allí para mostrarme el camino, con  artemisa  brillando  por  su  ausencia.  Esperé  que  esto  significara  que  estaba  ocupada ayudando  a  Afrodita,  pero  teniendo  en  cuenta  lo  mucho  que  ya  parecía  odiarme,  esperé  que
estuviera por allí lo menos posible.
En el camino, pasamos un tazón de frutas, y recordé la pregunta que no había sido capaz de hacerle a Peter. 
—¿Por qué pruebas mi comida?
Hera sostuvo una puerta abierta para mí. 
—Para asegurarme de que nadie está tratando de matarte.
—¿Por qué tratarían de hacer eso?
Artemisa me dio una mirada que me hizo sentir como un idiota por no saber de antemano la respuesta. 
—Porque si Peter renuncia a su control sobre el Inframundo, otro tomará su lugar. No todos están arraigados por ti, sabes.
—Espera, ¿qué? —Estaba tan preocupada por lo que me pasaría si pasaba la prueba que no me había detenido a pensar en lo que podría sucederle a Peter si fallaba—. ¿Quién?
—No puedo decirte eso. ¡Cuidado!
Me detuve abruptamente, por poco atinando un jarrón sobre un pedestal. Parecía caro. Y antiguo. Y hecho a mano. Aspiré y me moví con cautela a su alrededor.
—Aquí  —dijo  Hera,  haciendo  un  gesto  hacia  otra  puerta.  La  abrió,  y  entré, enfocándome en la única cosa que valía  la  pena mirar: una pequeña mesa de  madera con una silla a juego en cada extremo. Todo lo demás era de un blanco mate, y olía como si hubiera sido recién pintado.
—Te veré después —dijo Hera mientras cerraba la puerta detrás de mí. Me di la vuelta y fui cojeando hacia ella, logrando tropezar con la gruesa alfombra.
—¡Espera!  —dije,  pero  ya  era  demasiado  tarde.  La  puerta  ya  estaba  cerrada,  y  para  mi horror, noté que no había manija. Sería imposible de abrir sin alguien del otro lado. 

...
Hola, realmente alguien lee la novela? No entiendo hay visitas pero no hay ningún comentario, y si la lee poca gente queda suspendida por un tiempo la novela porque no tengo tiempo para subir capítulos pero será un tiempo corto. Besos!

2 comentarios:

Anónimo 10 de septiembre de 2014, 5:08  

Holaa nicole soy zaira la verdad esque me acabo de leer todos los capitulos que hay y me ha encantado la historia porfiii siguela :) cuando subes mas? bessitos @zairasantos7
Me puedes avisar cuando subas mas?gracias :)

Anónimo 11 de septiembre de 2014, 7:17  

Yo leo tu nove y no es justo que me dejes con la intriga!.
Volvé pronto!.
Besos
Rory

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